Bhatia, ¿sostendrás tu palabra?
“Bhatia tiene que ponerse las botas y decidir lo que hará porque ya la Cámara y La Fortaleza aprobaron la ‘crudita’ con el aumento automático cada cuatro años”

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 11 años.
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El impuesto sobre el petróleo es una píldora venenosa que en muchos países se le ha puesto miel alrededor para precisamente lograr incentivar la transportación colectiva, alcanzando con ese arbitrio pagar lo caro y por tanto perdidosos que son los sistemas de transportación masiva. Ese impuesto, al igual que tantos otros, tiene una función social que bien utilizado puede ser beneficioso para la sociedad o puede ser una clavada de proporciones dantescas si es malbaratado.
Pero hay impuestos que simplemente la economía no los sostiene y menos se pueden aguantar por la forma en que pretenden coger de tontejo al pueblo. El más reciente de esos arbitrios estaba infiltrado en la “crudita”, la cual incluía un impuesto automático de aumento cada cuatro años ajustado por inflación.
Es decir, que cada cuatro años la crudita se aumentaba solita en un 1.5%, más el ajuste del aumento en el costo de vida, sin poder detenerla por ahí para abajo para siempre. Digo para siempre, porque una vez se emiten unos bonos utilizando un impuesto aprobado legalmente no se puede eliminar ese impuesto a menos que saldes la deuda con otro impuesto pues esa contribución se pignoró a esa deuda. Igualito que tu casa cuando en la hipoteca se pone la residencia de colateral. Así que cuando Pedro Pierluisi te dice que va a eliminar el impuesto si llega a convertirse en gobernador es tan embuste como cuando te dijeron que iban a eliminar el Impuesto sobre Ventas y Usos (IVU).
Algo parecido a ese aumento automático se aprobó en la APP de la Autoridad de Carreteras adquirida por Metropistas. Esa empresa puede subir los peajes de la PR-22 y la PR-5 todos los años hasta pasado el año 2050 por una cláusula del contrato negociada por el entonces gobernador Luis Fortuño que le permite subir los peajes 1.5% más el ajuste de inflación (lo que aumenta el costo de vida en un país). Además, el contrato dice que el aumento a los peajes se redondea a la décima próxima. O sea, que Fortuño negoció que si el peaje podía subirse de $1 a $1.07, Metropistas lo redondea a $1.10. Y el año después, si el costo de vida le permite subir el peaje de $1.10 a $1.15, Metropistas lo puede subir a $1.20. Recuerda, el contrato negociado en el 2011 permite que se suba desde el 2012 hasta pasado el 2050 por ahí para abajo todos los años, año por año.
Pues si malo fue cuando lo hizo Fortuño, parece increíble que Alejandro García Padilla haya pretendido hacer lo mismo, ahora no con los peajes, sino con la gasolina. El proyecto que envió desde La Fortaleza a la Legislatura el gobernador tenía la misma disposición de aumento automático en el petróleo y, por tanto, en la gasolina. Luego de un llamado público al respecto, el presidente del Senado, Eduardo Bhatia, prometió y hasta ahora cumplió con su promesa de que esa disposición de aumento automático se va a eliminar. La razón por la cual pusieron eso en el impuesto al petróleo es sencilla: mientras más aumente el impuesto a largo plazo, más te prestan los bonistas ahora pues ellos tienen un pago garantizado en el futuro con dicha clavada de aumento cada cuatro años.
La bestial deuda de la Autoridad de Carreteras en que nos metieron Pedro Rosselló, Sila Calderón, Aníbal Acevedo Vilá y Luis Fortuño (que cogieron préstamos de entre $400 millones a $500 millones todos los años para no bajar los gastos y resolver con líneas de crédito y que el próximo resolviera) llegó al nivel de que ahora hay que conseguir al menos $3,000 millones para poder pagar la deuda y evitar la quiebra del Banco Gubernamental de Fomento y operar la Autoridad de Carreteras.
Y es que tan al garete estábamos que nos creímos que podíamos construir un tren que solo recorre 10 millas y que costaba $3,400 millones, de los cuales $2,900 millones son de fondos que pagamos usted y yo. Si sacas cuenta de que solo 40,000 personas utilizan el tren, el mismo terminó costando $85,000 por usuario. Nuevamente, no que no se hiciera un sistema de transportación colectiva, pero hay que ser responsable al hacer cosas como esta y explicarle al país el costo de los proyectos y entonces decidir si los queremos hacer o no. Pero parece que ser honestos con el país en Puerto Rico se ha convertido en un delito porque coger de tontejo es una ciencia portoricensis efectiva que gana elecciones.
En fin, ahora Bhatia tiene que ponerse las botas y decidir lo que hará porque ya la Cámara y La Fortaleza aprobaron la “crudita” con el aumento automático cada cuatro años. Si sacamos números se darán cuenta de que sin el aumento automático y con el tope que puso el Senado de la tasa de interés máxima que pueden coger los bonos que vayan a emitir (9%) no podrán conseguir los $3,000 millones que necesitan. Probablemente lo más que podrían conseguir sin el aumento automático es entre $1,000 millones y $1,500 millones prestados pues el consumo de gasolina en Puerto Rico está bajando y se estima que seguirá bajando sustancialmente. Así que vendrán ahora las presiones para volver a meternos la “crudita” con el aumento automático. Quedará de Bhatia -quien parece haber sido el único que se dio cuenta de que eso está ca#$%^&*&$#- dejarlo o quitarlo. Este es el momento, Bhatia, en que se juegan las próximas generaciones o las próximas elecciones. Es tu responsabilidad histórica no pasarles a nuestros hijos y nietos esa clavada bestial, que si llega a subir el precio del crudo en el mercado internacional será insostenible.
Sí, es cierto, hasta ahora has dicho que no cederás en eso, pero ya antes políticos han cambiado de opinión cuando aparecen fondos para barriles de tocino, posiciones y otras cositas que usted que lee sabe muy bien. Entendemos que está bestial la situación y la deuda que tiene la Autoridad de Carreteras. No pagar la deuda sin antes renegociar y reestructurar la deuda y la Autoridad no es opción porque a la larga los bonistas terminarían ejecutando las carreteras y con ello podrían subir los peajes todo lo que quieran para pagarse a sí mismos la deuda y coger toda la “crudita” aprobada para ellos por los años de los años sin sacar un centavo para mejorar las carreteras.
Señor presidente del Senado, hay opciones aunque todas son bien dolorosas. Una de ellas es eliminar el brazo prestatario del Banco Gubernamental de Fomento y con ello aceptar las consecuencias de que no podemos seguir sosteniendo al menos 50 alcaldías, 400 escuelas deficientes, las 43 corporaciones públicas quebradas, las batatas de las 135 agencias del gobierno, los políticos de las 110 Juntas de Inscripción Permanente, las montones de regiones educativas y distritos escolares, las regiones administrativas de la Corporación del Fondo del Seguro del Estado (CFSE), la Administración de Compensaciones por Accidentes Automovilísticos (ACAA), la Autoridad de Edificios Públicos (AEP), etc…
En fin, sé que las opciones son bien dolorosas y que ninguna es bonita, pero usted sabe lo que es lo correcto versus seguir fomentando mecanismos insostenibles que tarde o temprano tendremos que eliminar. Sé que si van a coger el préstamo tiene que ser antes de marzo pues la cosa se va a poner bien difícil después de eso, así que señor presidente del Senado, Eduardo Bhatia Gautier, es tiempo de actuar… la bola está en su cancha.
Nacido en Chicago y criado en San Lorenzo, el licenciado Jay Fonseca estudió en escuela pública. Fue a la UPR a estudiar empresas y derecho luego de teología. Es analista político en Telemundo y WKAQ 580. Autor del libro “Banquete Total: Cuando la Corrupción dejó de ser ilegal” y por una década fue columnista en Primera Hora. Supera el millón y medio de seguidores en Facebook, Instagram y Twitter, lo que lo convierte en uno de los principales “influencers” de la Isla. Es padre de una niña y tiene un app bajo su nombre, Jay Fonseca.
Esto tiene salvación
Esta columna busca proponer soluciones de manera muy sencilla a las situaciones actuales que afectan el País.