A veces, los analistas políticos parecen majaderos, personas que solo les interesa sacarle punta a todo, exagerar e incluso jorobar. Y no dudo que algunos tengan esa agenda. No dudo que algunos de los que trabajan en esta supuesta profesión de comentar, busquen adelantar alguna causa que le convenga a ellos, personal o económicamente.

Quizás algún familiar contratado o ellos mismos. Algunos, como los que cuadran entrevistas con ciertos exgobernadores, sin decir que tenían $300,000 en contratos y esas cosas que pasan en la industria.

Ahora, algunos analistas genuinamente nos pasamos con la majadarería de decir que hay que respetar las instituciones, que hay que nombrar gente competente a ciertos puestos claves para que el gobierno siempre tenga credibilidad.

Algunos toman esto a relajo y dicen que es una bobería y que esos son ideologías filosóficas que existen en la mente efímera de un ser creativo. El problema es que cuando el gobierno necesita la credibilidad para poder enviar un mensaje diáfano con una estructura clara para que el pueblo pueda saber que se está haciendo lo mejor posible dentro de las circunstancias, nadie les cree.

Nadie les cree porque se sabe que se ha nombrado a los hijos y a las hijas a puestos cobrando un billete para beneficiarse. Que se ha nombrado a los esposos a puestos en los tribunales. Que se ha perseguido y se ha señalado en el proceso investigativo a quienes no me caen bien, porque me hicieron algo que no me gustó, o porque no se ajustaban a lo que yo quería. Porque llegué a la posición de Justicia no a base de mi conocimiento y sapiencia jurídica, sino a base de los contactos, de los cabilderos allegados a los gobernantes.

El problema que tenemos, principalmente bajo Wanda Vázquez, era el mismo que teníamos bajo Ricardo Rosselló y los gobernadores previos. Es muy difícil creerles, aunque digan la verdad. En estos casos la evidencia de las mentiras y embustes, de las medias verdades y de las sañas en contra de la verdad, de no separar el trigo de la cizaña, son tantas que simplemente es imposible uno creerle cuando te dicen que de verdad no hay pruebas, o que no hace falta hacerles las pruebas, y buscan cualquier tecnicismo, cualquier detalle para evitar tener que dar una explicación de verdad. Y van a medios y a entrevistas particulares que saben que les son de conveniencia.

Por eso, cuando uno habla como analista político de las instituciones, como por ejemplo no traquetear con quienes llegan a ser jueces o fiscales, no ubicar políticamente a los procuradores por 10 años, ni mover al Ombudsman a base de lo que le conviene al presidente del Senado, para ubicar a su gente en la alcaldía de Camuy, no hacer cuanto truco hay para que no hayan elecciones en el año electoral para sustituir al alcalde y poder dejar a los hijitos y cuates, cuando uno habla de eso parece efímero y etéreo, parece algo filosófico, pero esos son los detallitos que cuando llega el momento de la verdad, como este cuatrienio ha tenido ya varios, el pueblo ya no te puede creer, porque ha visto demasiado.

Porque, aunque mucha gente no está conectada y está jugado Fornite y viendo Netflix todo el tiempo, cuando llega la hora de la verdad y estar pendientes recuerda que alguna vez vieron un post de Primera Hora o de Jay Fonseca diciendo lo que era una obvia mentira del gobernante de turno y lo que era un obvio acomodo de los cuates.

Porque es obvio que cuadrar llevar ayudas con Evelyn Vázquez y con el senador Cruz es un disparate. Es obvio que ubican a sus hijas. Es evidente que sacan a gente competente porque no son leales. Es duro ver que piden donativos a contratistas.

Resulta difícil creerle al gobierno ahora, cuando fue capaz de aguantar ayudas y perseguir cuando el alcalde de Patillas no envía algunas, pero no hacer nada cuando son las de Unidos por Puerto Rico y pedir que no le envíen la información para no tener que investigar.

¿Cómo creerle ahora que, de verdad, están haciendo todo lo posible para el mejor interés de Puerto Rico si fueron capaces de aguantar los suministros de María y de mentir escondiendo los de Ponce?