Soltaron la sopa. Temprano en 2019, antes de la caída del imperio de Ricardo Rosselló, explotó una bomba termonuclear con una hedionda peste bubónica. La inesperada renuncia estrepitosa de Noel Zamot, quien zumbó más puños apuntando hacia la corrupción del gobierno de Ricky, es poco recordado en Puerto Rico. Pero su rol en los libros de historia de Puerto Rico está cimentado más duro que la demanda de Raphy Pina y Don Omar.

Noel Zamot fue contratado por la friolera de $325 mil al año para servir como gerente de desarrollo económico para la Isla. Este puesto tenía enorme poder y supuestamente venía a arrasar con propuestas innovadoras de desarrollo económico. Pero, Zamot no logró básicamente nada. Alegó él entonces, que no lograba nada porque en Puerto Rico la corrupción es tan rampante que nada se mueve si no hay un guisómetro encendido.

El resto del cuento es secundario, pero obviamente nada que no supiéramos en lo dicho. Obvio, que en PR la corrupción es tal que teniendo 25 billones anuales de presupuesto consolidado, tenemos a 45% de la población bajo el nivel de pobreza. No hay que ser físico nuclear de la NASA para saber que hay un roto más grande que la boca de Cookie Monster que le tiramos dinero y siempre se lo come sin resultado que no sea el estercolero que tenemos en vez del paraíso que podemos ser si cooperamos.

¿Y cómo resolver esto? Te explico la propuesta que llevo discutiendo a ver si al fin salimos de la caída de nuestra economía.

El Gobierno de Puerto Rico lleva sin pagar la deuda desde 1 de enero de 2016 y aprobaron PROMESA desde el 1 de julio de 2016, Ricky tuvo que admitir el 3 de mayo de 2017 que no se podía pagar la deuda aunque había jurado lo contrario.

La Ley Promesa establece que la Junta de Supervisión Fiscal tiene el deber de asegurar que el Gobierno aprueba presupuestos balanceados, pero a la vez crear las condiciones para garantizar el desarrollo económico de la Isla y el repago de la deuda incluyendo las pensiones. Por tanto, hay que hacer un balance increíble entre todas esas obligaciones y como único vas a poder pagar la nómina del gobierno, los pensionados, la deuda y los servicios esenciales es con desarrollo económico.

La Junta ha acordado con los bonistas pagarle en “cash” los $7,000 millones que tenía en sus reservas Hacienda. Además, la Junta acordó que pagarán por los próximos 25 años otros $7,000 millones en bonos a 5.+% de rendimiento, lo que representa que el Gobierno tendrá que hacer un pago anual de cerca de $350 a 400 millones por el próximo cuarto de siglo.

La pregunta es: ¿cómo podemos encaminar un desarrollo económico que saque adelante la Isla y a la larga asegure ese pago a los mismos bonistas? Tengo la certeza de que este acuerdo no es bueno para Puerto Rico ni para los mismos acreedores porque no hay forma de que Puerto Rico pueda pagar pensiones, deuda, servicios esenciales a los que se está comprometiendo ahora, pero que no podrá pagar después del 2030 según los propios números de la Junta. Ahora con los fondos de María, temblores y pandemia quizás podamos pagar, pero dentro de ocho años nos veremos en un escenario bien complicado y luego de que uno pacta en el tribunal federal de quiebras pagar esa deuda monumental, es bien difícil sino imposible echar atrás los acuerdos que hayamos llegado en el presente.

El mercado de valores está viento en popa, pero no es el mismo escenario para los bonos en el mercado municipal que hoy está otorgando solo entre 1.8 y 2 % de rendimiento y será lógico el que estos bonistas vendan con rapidez los bonos que nosotros le vamos a dar y ellos harán un billete, pero PR estará esclavizado a una deuda que nos hará pasar por otra quiebra y con menos formas de renegociar lo ya pactado en esta quiebra.

¿Por qué no usamos $200 millones de esos $400 millones para crear un fondo perpetuo de desarrollo económico? Este fondo tendría supervisión de los acreedores con derecho al veto si los políticos de siempre quieren malgastar el dinero.

El fondo pudiera tener una junta con representación de los bonistas, el Gobierno y expertos en quiebras de las mejores universidades para garantizar el mejor uso de los fondos, que al final asegurarán una economía más próspera y la seguridad de pago de esos bonos a los que nos prestaron dinero.

Creo que esta es una propuesta viable y al ser un fondo recurrente se podrá dar seguimiento a proyectos estratégicos de infraestructura crítica y de desarrollo de la economía de intangibles como propiedad intelectual, coders, STEM, becas para especialistas y subespecialistas para lograr que nuestros hospitales sean forjadores de investigación y desarrollo.

Falta ver la voluntad de la Junta, que a veces pareciera que quiere irse rápido de aquí aprobando un plan de ajuste de la deuda, sin asegurar que sean viables esos pagos a largo plazo. ¿La prueba? Dos años han pasado desde la salida de Zamot como coordinador de revitalización de la Junta de Supervisión Fiscal y no pasa nada camarada.

Propongo una negociación con los bonistas que es para su mejor interés y el de Puerto Rico. Usemos de esos mismos dineros en una negociación para desarrollo económico con una junta de dos representantes del Estado, dos representantes de los bonistas y un profesor de de economía en una universidad Ivy League de fuera de PR que rompa el empate y que tenga que ser seleccionado en consenso entre los otros miembros. PR necesita volver a crecer. Tenemos la herramienta, no esperemos a que la puerca entorche el rabo.