A 18 días de las elecciones generales, todavía desconocemos a ciencia cierta cómo los candidatos a la gobernación resolverían problemas tan básicos y que afectan el día a día como: la impresión de los módulos didácticos para el estudiantado que todavía no han llegado, las citas para fin de año del desempleo y el PUA, la falta de unidades de intensivo en los hospitales en plena pandemia, el interminable problema de las lanchas para los residentes de Vieques y Culebra; y si sigo la lista no acaba.

Aunque hablan de propuestas anticorrupción, los candidatos principales no han demostrado la voluntad de sacar del control político partidista las posiciones claves de fiscalización e implementación de la transparencia. No han repudiado leyes que evitan la divulgación de información y mientras hablan contra la corrupción, algunos no contestan a la prensa y uno se ha negado a participar de un debate sobre el tema de combatir la corrupción.

Estos problemas requieren soluciones inmediatas y no veo a los candidatos y candidata explicando cómo los van a solucionar de manera concreta. El que usted tenga que esperar hasta fin de año para una cita para el desempleo o que un niño no tenga los módulos impresos dos meses después de haber empezado las clases no se resuelve prometiendo la Estadidad ni segundas transformaciones para Puerto Rico. Tampoco se resuelve echándole la culpa al bipartidismo PNP/PPD sin explicar cuál es la alternativa que usted presenta para resolver el problema. Necesitamos estrategias detalladas, propuestas concretas. No necesitamos definiciones del mal que nos aqueja, los problemas los experimentamos día a día, y no hace falta descripciones cuando se le pregunta cómo piensa solucionarlos. De hecho, solo el PIP y ahora MVC han planteado un programa de gobierno.

Necesitamos un compromiso real de todos los candidatos a la gobernación y candidatos a cargos electivos para acabar de una vez y por todas con la contratación de amigos y conocidos que ganan $100 por hora para repartir dulces, juguetes e identificar que hay que cambiar focos, mientras un maestro o un policía no gana ni una cuarta parte de lo que este empleado del Capitolio se mete al bolsillo por hora.

Necesitamos un compromiso para que todos los salarios y funciones de los empleados y contratistas en las agencias del Gobierno, el Capitolio y la Rama Judicial sean públicos. Nosotros como contribuyentes sacamos de nuestro cheque quincena tras quincena, y mes a mes, para pagar esta nómina pública. Tenemos derecho a saber y no hay excusa, en otras jurisdicciones se hace y no se le ha caído un canto a nadie. Se necesita un compromiso de real de los candidatos y candidata a la gobernación para que los empleados de confianza y los empleados de carrera sean evaluados cada año por sus méritos y no por la pala que tengan. Así, cuando vayamos a pagar una multa porque no teníamos suficiente dinero en el Auto Expreso, no se nos haga dar vueltas y vueltas por los pasillos de Minillas, porque nadie sabe dónde es que se paga o cuando vayamos a solicitar una tarjeta electoral, lleguemos media hora antes del cierre y se nos diga que no están dando más turnos.

Todo esto mis amigos y amigas, se resume en un solo tema: corrupción. Porque emplear a una persona que no está capacitada, solo porque es mi amigo o familiar del panita de mi partido, también es corrupción y es corrupción asesina, porque cuando el Departamento de Salud se desmanteló para ubicar a los cuates y panas del Dr. Rafy Rodríguez Mercado, eso costó vidas cuando María y en la pandemia. La incapacidad y falta de trabajo diligente en Educación ha hecho que se pierdan semestres de clases que bien pudieron haberse dado tanto en María, cuando los temblores y ahora en la pandemia. Pero, en vez de tener peritos en educar, tenemos expertos en atornillar.

Creo que la verdadera segunda transformación de Puerto Rico solo puede ocurrir cuando haya una verdadera auditoría del trabajo público, un inspector de cada transacción y contrato, una Oficina de Ética que investigue los políticos con estilos de vida que se dan como ricos mientras tienen sueldos de clase media. Puerto Rico tiene solución, pero no son palabras, son los hechos, porque si bien los recursos son limitados, el peso estira según se administre.