El secretario de Salud anterior, Rafael Rodríguez Mercado, aseguran, es tremendo cirujano. Probablemente sea verdad. Recuerdo cuando critiqué duramente su nombramiento desde el principio. Recibí montones de críticas de cómo a este gran médico podíamos dañarle la reputación.

En mi caso, yo lo critiqué fuerte porque me parecía que quien le había dado una ayudita demasiado politiquera a Ricky Rosselló y lo empujó a hacer su librito tras darle un trabajo Cadillac, ahora se colaba para dirigir la cartera más grande de todo el gobierno, entre ASES y Salud, casi 4 billones de dólares al año.

Rafy nos decía en portada de periódicos que era más importante preocuparnos por la influenza, pero que el Covid era en China. En portada del 30 de enero de 2020 dijo que ya estaban preparados. La gobernadora le hizo coro.

Decía entonces, la epidemióloga del Estado, la Dra. Deseda, que no nos preocupáramos, que China está bien lejos y que Italia tenía un brote porque era muy cerca de China. Decir que Italia está al lado de China es como decir que Puerto Rico está al lado de Alaska.

Eso se le puede perdonar a un ser humano tradicional, pero a una epidemióloga con un Fellowship del CDC de Atlanta es como perdonarle a un chef no saber hervir hot dogs. Entonces, la gobernadora respaldó a esta gente con todo y esos disparates y los defendió hasta que al final no pudo.

Mire, si defendieron a esta gente, que personalmente pregunté a Mariana Cobián, asesora de prensa de la gobernadora, desde el viernes si era cierta la renuncia de Deseda y lo ocultaron por una semana diciéndome que no sabían, hasta que un periodista le preguntó directamente a la gobernadora y entonces no quedó más remedio que decir que esta había salido del gobierno.

Sabiendo que no tenía credibildad y que su “Wanda no lo sabía” ya nadie puede tolerarlo, la gobernadora trajo a gente con credibilidad para ayudarla a enfrentar la amenaza más letal que hemos vivido desde el 1855-1857 cuando la epidemia del cólera mató sobre 25 mil boricuas.

Fueron y correctamente buscaron a la Academia y los trajo, pero en vez de estos poder hablar con honestidad, trataron de ayudar proyectando credibilidad a la gobernadora en vez de preocuparse por decir los datos correctos, como los médicos saben hacer. Después de todo, son la gente entrenada para decirte a ti o a los tuyos cuándo llega el momento final.

Los portavoces del “task force” de Ciencias Médicas empezaron a decir que la gobernadora lo había hecho bien, que había planes concretos y que estaban avanzando en la dirección correcta. En un honesto intento de calmar las aguas, nosotros quisimos aplaudir. Pero, los paramédicos nos decían que en el Regional de Bayamón no aceptaba pacientes, los médicos y enfermeras advertían de falta de equipo, no llegaban las pruebas mientras aumentaban muertos por “causas respiratorias” y se ordenaban compras con la Cabeza indispensable de Fortaleza.

Salió la Dra. Concepción Quiñones de Longo y explotó el desastre de la verdad.

No había tales camas en el Regional, no había tales pruebas, tardaban una semana los resultados -no las 24 horas que decía Wanda Vázquez-, no había tal dirección concreta, no había compra de equipo con certeza de llegada, no sabíamos cuántos ventiladores llegarían ni cuándo, no sabíamos los muertos por Covid, no se había contactado a los que llegaban en vuelos que luego morían y a los que tuvieron contacto con positivos.

En fin, todo lo que la gobernadora había dicho, era falso y con ello se embarró el “task force” que antes con buenas intenciones y para evitar pánico, defendía el buen trabajo de la gobernadora.

Ahora, llega el Super Lorenzo González a dirigir Salud y ha admitido toda la barbarie y mentiras que antes nos endulzaban con almíbar y juró corrección inmediata del desastre heredado.

Sepa usted que lee que no puede contar con el gobierno para su rescate. Le toca a usted cuidarse y coja en serio quedarse en casa aislado, que esta vez no viene nadie al rescate y los equipos y materiales no sabemos cuándo llegan, dijo el Super Lorenzo.

Pensando en las pandemias de la época española, la ley de 1912 le dio autoridad casi de dictador al secretario en momentos de pandemia y por tanto tiene autoridad para imponer controles y exigir resultados. Por favor, Lorenzo, no la embarre.