El shopping está lleno desde que abren y a veces, desde antes, ya hay fila. Ni contar con las ridículas esperas por la apertura de IKEA, Victoria’s Secret, Krispy Kreme, y hasta la de Forever 21 hace unos años. Mucha gente dice: “Y eso que la cosa está mala, pero el mall siempre está lleno”. La tienda JCPenney más grande del mundo y el Sam’s que más vende también están aquí. Sin embargo, nuestra economía lleva en recesión siete años consecutivos.

A pesar de esto, por ahí vienen tiendas y shoppings nuevos, y hasta tres hoteles les van a construir a varios malls. Es verdad que hay gente que lo que hace es coger aire acondicionado o, como ya reconoció el Tribunal Supremo en Empresas Puertorriqueñas v. Hietel, los shoppings se han convertido en la nueva plaza pública.

Pero también hay mucha gente con bolsas comprando. El supermercado también está lleno, y mucha gente anda con el carrito repleto. Según el informe oficial de la Compañía de Comercio y Exportación, las ventas en marzo de 2006 fueron $2,892,370,975 y, tras siete años de recesión, en marzo de 2013 subieron a $2,981,556,144. Aun con el ajuste por inflación y la disminución de población, los datos demuestran que seguimos comprando sin piedad.

Aquí hay mucha gente guisando de nuestro consumo con las dos manos. Quien no está guisando es la gente asalariada, incluyendo a quienes trabajan para el Gobierno, que con el aumento en retenciones de retiro y la subida en la AAA y la gasolina no la está pasando bien.

Y más vale que respiren hondo porque, tal y como dijimos antes y ahora confirma Moody’s, los nuevos impuestos pueden que no generen los ingresos que se proyectaron y, si se sigue vaciando la Isla, no hay forma de que Hacienda llegue a los recaudos y, antes de que termine el año fiscal, vendrá la segunda clavada de Melba, porque tendrán que volver a aumentar los impuestos. Ahora, desde el 2006, nos ha subido todo sin precedentes y se ha botado a empleados de gobierno como nunca. Pero, a pesar de los aumentos y el mayor desempleo, y la brutal emigración, se sostienen las ventas.

¿Y cómo rayos se explica eso? Pues Puerto Rico tiene cerca de 1,176,000 personas trabajando o buscando empleo, y una población de 3,670,000. O sea, solo el 32% de la población trabaja formalmente. Obvio que no todo el mundo está en una edad para trabajar, pero no se crea que del grupo que sí puede la tasa es alentadora. La participación está en 40.6%, lo que quiere decir que el 59.4% de los que pueden trabajar formalmente no lo hacen. Entonces, ¿cómo el mall está tan lleno?

Según el estudio Por debajo de la mesa, del Centro para la Nueva Economía, es muy probable que una gran tajada de los 1,339,849 boricuas que reciben cupones trabaje por el lado. Estas personas no pueden guardar el dinero ni tenerlo en una cuenta, pues les quitan las ayudas, así que tienen que gastarlo de inmediato.

La Dra. María Enchautegui estima que, aunque lo oculten, puede ser que una tercera parte o hasta la mitad de los jefes de familia que cogen cupones suplementan su dinero por el lado trabajando en construcción, chiripeando, haciendo uñas, etc. El Estado no parece tener mucho interés en fiscalizar eso y, con el costo de vida en Puerto Rico, estas personas realmente no tienen otra opción.

La gran compraera también viene de la economía ilegal generada por el narcotráfico de la Isla. Esta se ha estimado en entre $10 y $14 billones anuales, incluyendo el lavado de dinero. Según la economista Rosario Rivera, esta es la tercera industria más grande en Puerto Rico, quedando atrás solo de la manufactura y el turismo. Este dinero se gasta inmediatamente en consumo de bienes y servicios, incluyendo abogados, compra de ropa, tenis y carros cash, por lo que circula de inmediato en la economía. Y van al mall a gastar quienes lo generaron ilegalmente y quienes lo limpiaron también.

Por otra parte, en la Isla unas 838,108 personas reciben seguro social, entre estas 183,247 lo cogen por incapacidad (lo cual demuestra el truco local: imagínese que en California lo cogen unas 670,000 personas de 38 millones de habitantes; en Puerto Rico son solo tres millones... mire ese número). Una enorme cantidad de esa gente chiripea por el lado, pero no puede informarlo o guardarlo, así que lo gasta inmediatamente. Unas 49,615 personas están reportadas por el Fondo del Seguro del Estado, recibiendo un cheque, y tienen hasta un año para volver a trabajar con el puesto asegurado, y les aplica a muchos el mismo cuento. Igual a otras 68,910 personas que reciben el cheque de desempleo por hasta casi un año y, con lo poquito que reciben estos y quienes están en el Fondo, en ocasiones se las buscan como pueden. En Puerto Rico, unos 33,062 veteranos también reciben pensiones por su servicio a la nación, por lo que el mall también es su “plaza pública”.

Todo lo anterior se añade a una cultura consumista que predica que eres una persona “exitosa” a base de lo que tienes y no por lo que eres; es la fórmula perfecta para que el mall siempre esté lleno. Lo que no sabemos es si tener más cosas nos hace feliz, pero mientras tanto, deja comprarme el nuevo iPhone para ver si me pongo contento.

Ahora, imagine usted que en vez de consumo podamos fomentar el ahorrar ese dinero y lo convirtamos en inversión local. BOOM!