Que los millennials la paguen
La gobernadora nos habla de que hará una auditoría de la cuna, la cama de la hija de Ricky y el corral del nene, pero mientras nos dice eso, defendió la compra de $38 millones en pruebas fatulas.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
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Puerto Rico ha tenido una gran bendición (o maldición, si usted es puritano) de no tener que tomar las decisiones duras de verdad. Mientras todos los gobernadores le dicen a la gente que se van a atrever a tomar decisiones difíciles, ninguno lo ha hecho. Por el contrario, lo que han hecho es patear la lata a ver qué cosa resuelven y con ello buscan la reelección para intentar seguir administrando los 25 billones del presupuesto consolidado que maneja el aparato gubernamental.
Tenemos un déficit de retiro de $50 billones. Pero se ha reducido bien poco del pago de pensiones en comparación con el dineral que no hay ya para pagar. Hoy sacamos $2 billones para pagar las pensiones del gobierno, lo que implica que casi se saca lo mismo para pagarle a las personas retiradas que lo que se saca para educar al futuro que va a poder proveer el pago de dichas pensiones.
Tenemos sobre 50 municipios que dependen del gobierno central para su operación porque el IVU municipal y casi todas sus otras entradas de dinero las mal gastaron al garete. La mayoría de esos municipios se niegan a cambiar y desaparecer o reajustarse aliándose con sus vecinos. Por el contrario, plantean imponernos más impuestos, más taxes, cobrar más del CRIM y hasta impuestos a los celulares. En su gran sapiencia, se les permite hasta crear negocios municipales y darle alivios contributivos a sus preferidos para así destruir competidores. O sea, si un alcalde “populete” le cae mal el dueño de la panadería “penepeste” del municipio, se le autoriza al alcalde crearle la competencia y montar una panadería municipal y así destruir al competidor al permitirle beneficios y alivios que no le damos a todos por igual. Lo mismo ocurre en los acuerdos finales de Hacienda, pero estamos en otro tema.
Es decir, en vez de los alcaldes aceptar que su mala administración los obliga a desaparecer, lo que hacemos es destruir al privado a través de montarle impuestos y cargas que los llevarán eventualmente a la quiebra y por tanto, luego de un tiempo, ese privado dejará de pagar los impuestos al desaparecer y no habrá ni para el privado, ni para el gobierno. Pero mientras tanto, el alcalde repartió y contrató como gusto y gana. Lean los informes del contralor para que observen la forma en la que gran parte de nuestros alcaldes se administra, al punto, de que se oponen a recortar pensiones, pero no quieren pagar su parte de retiro.
Puerto Rico se dice que quebró en el 2014 cuando le degradaron el crédito a chatarra, pero eso es como decir que por yo comer mofongo anoche ya hoy peso 100 libras de grasa. Obviamente, al igual que mi obesidad se debe a por años hacer las cosas mal, Puerto Rico vino acumulando por mucho tiempo obras y estructuras impagables como la reforma de salud, que tenía un déficit de $500 millones todos los años y el Tren Urbano con su déficit de $200 millones, y el Choliseo y Centro de Convenciones de $30 millones, y el retiro y su déficit anual de $2 mil millones, y así por el estilo.
Ahora, nos imponen una Junta de Supervisión Fiscal y todos los políticos te dicen que la quieren quitar y que la odian, pero ninguno hace nada de verdad para ejercer responsabilidad en los gastos. Desde el 2006, que fue cuando de verdad quebramos, lo resolvimos cogiéndole prestado a los millennials y a los centennials. Lo que hizo tanto Aníbal como Fortuño fue coger $50 billones para cuadrar sus presupuestos y que lo paguemos nosotros y nuestros hijos por los próximos 50 años a través de COFINA pagando el IVU.
Ahora la gobernadora nos habla de que hará una auditoría de la cuna, el playard, la cama de la hija de Ricky y el corral del nene de los Rosselló, pero mientras nos dice eso, defendió la compra de $38 millones en pruebas fatulas y admite la AAFAF que este año tiene un déficit de $3 billones.
Es decir, Puerto Rico tiene problemas por $3 billones, pero a 38 días las primarias, el tema es una cuna y unos muebles en vez de los municipios a rehacer, las agencias a ajustar y los contratos a eliminar. Mientras tanto, los jóvenes que tienen que emplearse para poder pagar todos esos impuestos que nos espetan, buscando el próximo pasaje porque aquí el futuro tiene demasiados anclas para tan pocos hombros.
Nacido en Chicago y criado en San Lorenzo, el licenciado Jay Fonseca estudió en escuela pública. Fue a la UPR a estudiar empresas y derecho luego de teología. Es analista político en Telemundo y WKAQ 580. Autor del libro “Banquete Total: Cuando la Corrupción dejó de ser ilegal” y por una década fue columnista en Primera Hora. Supera el millón y medio de seguidores en Facebook, Instagram y Twitter, lo que lo convierte en uno de los principales “influencers” de la Isla. Es padre de una niña y tiene un app bajo su nombre, Jay Fonseca.
Esto tiene salvación
Esta columna busca proponer soluciones de manera muy sencilla a las situaciones actuales que afectan el País.