Si me coges de tontejo una vez, vergüenza te debe dar a ti. Si me coges de tontejo dos veces, vergüenza me debe dar a mí. Más o menos así es el dicho mal traducido al español, pero a nosotros nos cogen de tontejos y queremos aun así estar bien. 

Aquí la gente es loca con sus alcaldes y casi todos ganan cómodamente. Pero si leyeran los informes de la contralora y vieran esas facturas fatulas y los cuates contratados veríamos otra realidad. Ahora, donde estos muchachos botan la bola es en el impuesto de inventario. 

Votando hemos creado caciques como Héctor O’Neill, Guillito y tantos otros. Ellos son los que te venden que tienen listo todo y que son la línea de defensa de la gente, y que son el gobierno que de verdad te da servicios y que en huracanes son los que sacan la cara por ti como nadie.

En realidad, lo que hacen es bregar con los fondos federales y contratar a los panas en momentos de emergencia y luego no tienen los documentos al día para que le paguen y van llorando de que no les dan los chavos. 

Ahora, estos sujetos no te dicen todos los esfuerzos que han hecho para que nuestra Legislatura pusilánime nos quite el impuesto de inventario que es la cosa que más daño nos puede hacer en momentos de un huracán o terremoto.

El pueblo anda de espaldas y realmente no saben que esos mismos alcaldes son los que no permiten que usted mismo tenga los materiales y preparación en caso de huracán. Le explico cómo es que funciona ese impuesto: 

Un comerciante compra el 1 de marzo una mercancía. Tiene que venderla toda para el mismo marzo, porque si compra mercancía y se queda por más de un mes en almacén, tiene que pagar hasta 10% de inventario. Le doy un ejemplo. 

Usted necesita montones de plantas eléctricas aquí y sus piezas para asegurarse de que en tiempo de huracanes todos tengamos energía. Entonces, viene y usted va a comprar una pieza y te dicen que no la tienen aquí, que tienen que mandarla a pedir a Estados Unidos. La razón, sencilla, como eso no se vende todos los meses, mejor la dejan allá porque si la traen aquí hay que pagar 10% del costo de la pieza o de la planta, por lo que se encarece el producto. En tiempo de huracán, te jo#$%$s en lo que llega.

Esto lo que provoca es que tengamos menos de lo que se necesita para evitar cumplir el mes y con eso no tener que subirles el precio a los artículos. De hecho, muchos comercios cuando van a hacer el inventario lo que hacen es que mueven el inventario para el muelle en la zona libre de impuestos para evitar tener que subirle el 10% a sus productos. Y sí, este 10% es por encima del IVU de 11.5% que, además, tenemos que pagar. Así que, muchísimos negocios en Puerto Rico tienen sus almacenes en la Florida para no tener que pagarles ese impuesto a los alcaldes. 

Ese impuesto es particularmente perverso porque muestra la verdad de que a los alcaldes les importa poco que usted pueda tener mercancía suficiente para el huracán, con tal de que ellos tengan suficiente para seguir repartiendo para sus cuates como siempre. Tampoco les importa que pequeños comerciantes deban tener menos inventario aún porque obviamente tienen menos movimiento que las megatiendas. Si tras Irma, María y ahora Dorian no cambiamos algo tan obvio, ¿qué rayos haremos?

Sabemos ya que del efecto en los puertos de aquí y los de Jacksonville cuando ocurre un evento como estos. De allá llega casi todo lo que comemos y usamos. Tras huracanes, huelgas y terremotos ¿cómo podemos garantizar que lleguen las cosas que necesitamos? Aun así, estos muchachos se oponen a que tengamos al menos tres meses de inventario aquí y prefieren que se creen los empleos en la Florida para manejar inventarios, en vez de nosotros ser el centro de inventarios en el Caribe para venderle a todos y así crear aquí esos empleos. 

Aplauso para estos héroes de la patria.