Como diabético y obeso, si me da COVID mi probabilidades de morir son 90% más altas que las de otra gente, según el estudio publicado a finales de julio en el Public Health England. Aun así, porque uno no escribe lo que me conviene a mí, sino lo que es mejor para la sociedad, siga leyendo.

El 15 de marzo la gobernadora ordenó cierre. Nos dijeron entonces que era para aplanar la curva evitando que hospitales se sobre llenaran.

Nos prometieron que comprarían pruebas para reabrir lo antes posible. Nos pidieron sacrificios. Que nos darían rápido los fondos federales para desempleados, contratistas, y que ante el incremento de casos de salud mental buscarían medidas para mitigar el daño.

La salud física y mental, los daños irreparables que causaría la posposición de operaciones valdrían la pena porque el gobierno compraría ventiladores, pruebas, rastreo, ppe y podríamos reabrir de forma organizada y con los dineros de estímulo, los negocios no quebrarían.

Dijeron que cambiarían el Regional de Bayamón a uno especializado en COVID; harían la prueba a todos los viajeros, una aplicación para hacerle rastreo a turistas; cuidarían de asilos con pruebas continuas, contratarían 600 empleados para cumplimiento de cuarentenas; y así evitaríamos el colapso del sistema hospitalario.

El pueblo en gran medida cumplió y la propagación fue mínima y teníamos el COVID bajo control, según estadísticas.

Empezó a surgir que las pruebas que se compraron eran fatulas y todas declaradas inservibles. No se han contratado a los empleados para obligar la cuarentena. El hospital de Bayamón nunca se arregló. No tenemos pruebas suficientes. Los asilos al garete. Los $2.5 billones se usaron en cosas que no eran pruebas ni rastreo.

La tasa de positividad se disparó y empezó una propagación comunitaria al nunca haber controlado el aeropuerto, y la aplicación nunca encendió con GPS.

Cinco meses después, estamos en peor situación, porque ya no tenemos los fondos federales que evitaron el colapso y mueren sobre 120 en dos semanas.

Nos dirigimos a nuevas restricciones sin que el gobierno haya hecho su parte y lo peor, las computadoras para estudiantes no llegaron, no se repartieron y nuestros estudiantes pobres estarán todavía más atrasados en comparación con los pudientes sin que nadie pague por ello, aunque se tiene el dinero federal.

Muchos no comprenden que el cierre económico tiene un impacto dramático sobre su salud, educación y calidad de vida futura. Porque la salud y la economía están totalmente atadas. Los efectos de salud mental que tiene el que puedas perder tu casa, tu carro, tu empleo, el sustento y no educar bien a tus hijos.

El confinamiento trae consigo aumento de depresiones, hipertensión, diabetes descontrolada; están estudiados los efectos nocivos que tiene sobre la salud todo lo que implica este encierro y posponer procedimientos médicos.

Perder el empleo es perder acceso a la medicina para muchos, además de que si cierran negocios pagan menos arbitrios, impuestos, IVU, patentes y, por tanto, el gobierno se queda sin el dinero para los servicios esenciales y empleados.

Ya el Estado tiene un déficit de $2 billones, gracias a que los recaudos han colapsado porque las empresas están cerradas y los empleados están cesanteados.

Divorciar la salud y la economía, como mucha gente pretende, con el argumento de que tenemos que estar vivos para mantener los negocios, muestra que no entendemos que la economía es una ciencia social atada a la salud. No hay salud sin economía y sin economía no hay salud.

Por tanto, si vamos a cerrar que sea para esta vez de verdad hacerlo, lo que hace 157 días no hemos hecho, y asegurarnos de que no tengamos que hacerlo de nuevo porque el COVID no se va a ir, pero nuestros médicos y salud dependen de la economía también.

Cuando nuestros médicos comenzaron a irse de Puerto Rico porque les pagan mejor afuera que aquí pidieron alivios económicos.

Si los médicos empiezan a ver que sus pacientes no pueden pagar porque no tienen plan médico o porque el gobierno no puede seguir aportando la parte que le corresponde por el escaso nivel de los ingresos, ¿se quedarán en Puerto Rico?

Entonces, la salud se verá dramáticamente afectada cuando las citas médicas que hoy son tardías empiecen a ser para nueve meses o un año.

Y ahora, ¿entendemos que la salud y la economía están casadas?