Dedicado a mi hijo Gabriel Enrique, graduando 2022

En la Edad Media, las espadas de los guerreros más gloriosos eran las más fuertes. Estaban hechas con el hierro más sólido. Debido a la solidez del metal, para moldearlas se requería el fuego más intenso. Los graduandos del 2022 pertenecen a una generación que se ha moldeado en el fuego intenso de los más grandes retos. Eso los hace invencibles y su futuro glorioso.

La juventud puertorriqueña ha sido uno de los sectores que más ha sufrido la crisis económica, política y social que atraviesa el país. La falta de empleos, de servicios de salud, de servicios educativos y el crimen son algunos de los síntomas de la crisis socioeconómica existente en Puerto Rico.

Los que en estos días se gradúan, pertenecen a una generación que enfrentó los huracanes Irma y María. Este último siendo el huracán más devastador que ha enfrentado Puerto Rico. Enfrentaron el arresto y luego convicción por corrupción de una secretaria de Educación, cuya propuesta educativa fue cerrar escuelas y desmantelar comunidades escolares. Vivieron el Verano del ‘19, que produjo un hecho inédito en la política puertorriqueña: el desahucio por parte del pueblo de un gobernador a mitad de término a causa de sus desmanes y su traición a quienes le dieron el privilegio de gobernar.

Esta generación graduanda enfrentó los temblores, que causaron el cierre de cientos de escuelas. En particular, las escuelas de la zona sur. Tuvieron que enfrentar una pandemia y el reto que produjo la educación a distancia. Heredaron, sin causarla, la quiebra del país y las consecuentes medidas de austeridad impuestas por la Junta de Control Fiscal. Han enfrentado las consecuencias de una contracción económica de más de quince años.

Ante esas condiciones adversas y sin precedentes, hoy celebran su logro de graduarse. Ahora pasan a una nueva etapa llena de incertidumbre, pero de grandes posibilidades.

La Junta de Control Fiscal ha promovido consistentemente el desmantelamiento de la Universidad de Puerto Rico. La UPR enfrenta la amenaza de nuevos recortes presupuestarios y el correspondiente aumento en el costo de matrícula, entre otros gastos de educación universitaria. De igual forma, la nueva propuesta amenaza con recortes de ofertas académicas, menos profesores y menoscabo de acceso a su educación universitaria.

La economía deficitaria presenta menos oportunidades para lograr integrarse a la fuerza laboral en muchas áreas y la burocracia gubernamental obstaculiza la creación de pequeños y medianos comercios para futuros empresarios. La juventud representa el grupo de desempleo más alto entre las personas hábiles para trabajar. Según las estadísticas, ocho de cada diez jóvenes en edad productiva, de 20 a 24 años, están desempleados.

En mis visitas a las escuelas superiores he visto de primera mano el deseo, la dedicación y el compromiso de la clase del 2022. Tengo la confianza que su fortaleza desarrollada ante enormes dificultades, les da las herramientas para triunfar. Pero eso no exime a otras generaciones de apoyarlos y crear las condiciones para que logren sus sueños por el camino menos espinoso. Todos tenemos esa responsabilidad.

Debemos defender y fortalecer la UPR, evitar su desmantelamiento con políticas presupuestarias de austeridad. Hay que impulsar una Reforma Educativa mediante la cual el dinero llegue al salón de clases y no permanezca secuestrado por la burocracia centralizada del Departamento de Educación y sus contratistas. Hay que promover la inserción de los jóvenes en organizaciones sociales, comunitarias y políticas. Estimular la creación de empleos y la disponibilidad de herramientas que fomenten el desarrollo empresarial y le provea a esos jóvenes la oportunidad de crear sus propios negocios. Tenemos que garantizarles un acceso a la salud con calidad, enfocado en la prevención y tratamiento.

En fin, en esta época en la que celebramos el logro de nuestros graduandos debemos todos reflexionar sobre nuestra responsabilidad con ellos y ellas. Esta nueva cepa tiene las virtudes y una gran voluntad de echar hacia adelante. No merecen más obstáculos de los que ya han superado.

La clase del 2022 tiene un espíritu indomable de transformar el país y superarse. Queda de nosotros abrir los espacios para lograrlo.

A todos y todas los graduandos mis felicitaciones. Este logro es suyo. La responsabilidad de facilitar su nuevo camino es de todos.