Previo a la Guerra Civil estadounidense, los esclavistas tenían por costumbre premiar a los esclavos más productivos y leales con carne de cerdo seca. Era la forma de poner a competir a los esclavos para beneficio del amo. La carne se almacenaba en barriles. Ése es el origen del término “barril de tocino”.

En nuestros tiempos, “barril de tocino” se refiere a fondos públicos asignados a legisladores para repartir a su discreción para comprar la lealtad de sus electores.

El presidente popular de la Cámara de Representantes aprobó una medida legislativa que desembolsa $10,000 millones de tu dinero para el pago a los bonistas, como parte del acuerdo para el Plan de Ajuste de la Deuda, y la asignación de $50 millones para un “barril de tocino” a ser repartido entre los legisladores.

El pueblo ha repudiado la práctica de los “barriles de tocino” porque evoca los tiempos de compra de votos y señalamientos de corrupción. Consciente de que el restablecer el desprestigiado “barril de tocino” produce indignación en el país, el presidente de la Cámara, Rafael “Tatito” Hernández, desempolvó el viejo “Manual de política sucia del bipartidismo”.

Al igual que el gobernador PNP, que hace una semana decía que los que protestan las medidas que empobrecen el retiro de los maestros, afectan sus salarios y empobrece a los servidores públicos deben buscar otro trabajo, el presidente de la Cámara indicó que los que protestan contra esas medidas son separatistas, comunistas, pelús, etc. Usó el mismo lenguaje que ha utilizado el liderato del PNP para menospreciar reclamos justos de los empleados públicos, explotando antiguos prejuicios políticos.

Es una estrategia desnuda ante el país. Cuando el liderato PPD y PNP hace una poca vergüenza, sacan a pasear al “cuco”. Tratan de explotar prejuicios y temores del pasado, para encubrir sus abusos actuales. Apuestan a que tú, como los niños, ante la amenaza del “cuco” te portarás bien. Portarse bien, para ellos, significa que te desmovilices, no cuestiones, ni exijas cuentas y aceptes a ciegas las decisiones dañinas contra el país.

Básicamente, Tatito lo que dijo es que si usted exige, protesta y condena los abusos del gobierno es porque usted tiene una agenda ideológica “separatista”. En nuestro país, antes de las pasadas elecciones, eso era una sentencia política aterradora. Ya no lo es. Lo que no comprende el liderato popular y penepé es que los tiempos son distintos. Ya no hay tolerancia en el país para la manipulación que busca apaciguar los justos reclamos del pueblo.

En las pasadas elecciones, las alternativas al bipartidismo rojo y azul obtuvieron el apoyo histórico de más de una tercera parte del electorado. El PPD y el PNP obtuvieron el resultado más bajo en su historia. El producto de la alquimia perversa del liderato rojo y azul ha sido la pobreza y la quiebra. El pueblo lo sabe, porque lo sufre.

La realidad es que la legislatura no tiene que actuar con respecto al desembolso de los $10,000 millones. La Junta de Control Fiscal tiene la autoridad de certificar el nuevo presupuesto que incluya ese desembolso. La urgencia de Tatito es que incluyó, como parte de la enmienda al presupuesto, su “barril de tocino”. O sea, usar tu dinero para comprar votos.

Esto es una infamia, tomando en cuenta que ellos quebraron el gobierno y aprobaron un Plan de Ajuste de la Deuda que nos condena a la pobreza por décadas.

Tatito ha seguido la filosofía del convicto por corrupción Jorge De Castro Font, que ante el poder de una mayoría PNP decía que la acción legislativa era “banquete total.” La versión PPD de Tatito es “esmayamiento total”. El pecado de su glotonería politiquera recibirá el castigo del pueblo.