“Entonces me convencí (...), de que sólo posee el poder aquel que se arrastra para recogerlo”

-Fiódor Dostoyevski

La propuesta hecha por los representantes del PPD para enmendar la Ley Electoral conserva lo peor de la propuesta aprobada el cuatrienio pasado por el PNP en el Código Electoral. Es una propuesta excluyente que dejaría sin representación a una tercera parte del electorado en el ente de la CEE. Se trata de una patraña antidemocrática y una traición al pueblo.

El liderato del PPD prometió derogar la “deforma electoral” del liderato penepé y abrir paso a un diálogo para un ordenamiento electoral inclusivo, democrático y consensuado. Pero, como dice el refrán, “hay quien lo resiste todo menos la tentación”. El “esmayamiento” de poder político y electoral del liderato PPD hace que se arrastren para recoger las migajas del poder compartido con el PNP. ¡Son iguales!

Las pasadas elecciones fueron históricas. Como resultado de años de abusos, endeudamiento, pobreza y malas administraciones rojas y azules; el pueblo cambió la forma de votar y las alternativas del bipartidismo gobernante obtuvieron el menor apoyo en su historia. En cambio, las alternativas electorales a ese bipartidismo dañino obtuvieron apoyo contundente. El Partido Independentista, el Movimiento Victoria Ciudadana, el Proyecto Dignidad y el candidato independiente -con nuestras respectivas diferencias ideológicas y políticas- obtuvimos 35.01%. Entre todos, obtuvimos el apoyo de 449,797 electores. Eso resulta peligroso y amenazante para el bipartidismo rojiazul, hermanado en su apetito de poder y dinero.

Es en esa coyuntura que el liderato Partido Popular, no sus electores, presenta una propuesta de enmiendas en contubernio con el PNP para controlar el proceso electoral y excluir otras fuerzas electorales. Es un banquete total entre dos.

La propuesta legislativa del PPD legaliza el truco y la exclusión antidemocrática que el PNP legisló el cuatrienio pasado. Por ejemplo, la propuesta del Partido Popular excluye que todos los partidos o candidatos tengan funcionarios de colegio en las mesas electorales el día de las elecciones. Eso no tiene precedente en nuestra historia electoral. Del mismo modo, excluye representación para fiscalizar en la Junta de Voto Ausente y en la Oficina de Sistemas de Información y Procesamiento Electoral, oficina que maneja la información de millones de electores. La propuesta del liderato del PPD pone esa responsabilidad solamente entre representantes del liderato popular y penepé, que el evento electoral del año pasado nos demostró lo inescrupulosos que son. No existen, existieron o existirán pesos ni contrapesos, ni mutua fiscalización.

No basta con denunciar, hay que proponer. Desde el cuatrienio pasado indiqué, como senador, que el Código Electoral del liderato PNP era una afrenta antidemocrática. La consigna consensuada era: “hay que derogar el Código Electoral del PNP.” No era enmendable y aún así, lo adoptaron los demás partidos políticos.

¿Cuál es el paso a dar? En primer lugar, hay que derogar el Código Electoral fracasado y antidemocrático aprobado por el liderato anterior y desahuciado del PNP. En segundo lugar, como se hizo en principios de los años 80, hay que crear un ordenamiento electoral de cero. Cabe destacar que el 2 de enero, la senadora María de Lourdes Santiago y el representante Denis Márquez, presentaron legislación para que se creara una comisión especial para una reforma electoral que desde el inicio surgiera del diálogo y la participación de todos los actores electorales en la evaluación y redacción. Cuando hablo de los actores electorales me refiero a todos los partidos y a los candidatos independientes.

Puerto Rico enfrenta una crisis –no democrática, porque en las colonias por definición no existe la democracia- de facultades democráticas y derechos electorales. El PPD y el PNP han decidido quitarte los mínimos de esas facultades. El truco, el abuso antielectoral y el bipartidismo tienen que terminar. Hay que empezar de cero.