En estos momentos, el liderato del PNP y el PPD se divide entre los asusta’os y los muertos de miedo. Ellos saben que la tiranía del bipartidismo rojo y azul tiene los días contados. Bastó una conferencia de prensa para que dieran rienda suelta a su terror.

El pasado martes el liderato del Partido Independentista Puertorriqueño y el Movimiento de Victoria Ciudadana expresaron conjuntamente su rechazo a las enmiendas al Código Electoral, porque las mismas mantienen un ordenamiento antidemocrático y excluyente.

Durante la pasada campaña electoral, el PNP aprobó un nuevo Código Electoral de forma unilateral, apenas a semanas de las primarias y las elecciones generales. El desastre fue evidente. Las primarias tuvieron que cancelarse en medio de la votación, algo sin precedentes en nuestra historia electoral. Luego, en las elecciones generales se cuestionó la manera irregular de cómo se tramitaron y adjudicaron los votos adelantados. El PPD prometió derogar el Código Electoral, pero haciendo honor a su historial, incumplió su promesa.

Desde el inicio del cuatrienio, la revisión del Código Electoral se ha llevado a cabo por el PNP y el PPD en cuartos oscuros y a puertas cerradas. El resultado es, como se anticipó, una propuesta de enmiendas que mantiene la prohibición de la coligación o alianzas electorales de partidos y candidatos. Esta prohibición le impide al elector tener la más amplia oferta electoral para su consideración al momento de votar. El liderato popular decidió sentarse en la falda del liderato del PNP y validarle su Código Electoral, a cambio de unas prebendas administrativas en la CEE. El PPD, en su afán de complacer al PNP, no solo traicionó a sus electores, traicionó al país.

Nuestro ordenamiento electoral reconoció las alianzas electorales hasta el 2011. La reforma electoral de Luis Fortuño, gobernador del PNP, las prohibió. Ya anticipaban en ese partido que la marea electoral se alejaba del bipartidismo tradicional. O sea, existió en nuestro ordenamiento la coligación de partidos y candidatos como existe en todas partes del mundo. Se prohibió por jaibería y oportunismo electorero del partido de gobierno. En esa faena antidemocrática, el liderato PPD le ha servido de segunda voz.

En la conferencia de prensa que se realizó el martes, el PIP y el MVC pusieron los derechos del elector y al país por delante. Aun siendo organizaciones políticas distintas, con sus diferencias, decidieron echar a un lado las mismas e impulsar una propuesta democrática conjunta: que se elimine la prohibición de las alianzas electorales.

Si el proyecto se convierte en ley con el lenguaje excluyente, se anunció que acudirían a los tribunales como foro adicional para defender los derechos democráticos del pueblo. La respuesta del liderato del bipartidismo rojo y azul fue de histeria política. El PPD y el PNP, en su desesperación y asusta’os ante las fuerzas que se oponen al bipartidismo, sacaron a pasear el cuco de la Guerra Fría.

En un acto de infantilismo político dijeron que la conferencia de prensa representaba un “junte del comunismo internacional”, un “junte demoniaco” y la llegada del “ejército rojo soviético”. Poco les faltó para decir que era inminente la invasión de las dictaduras globales por Luquillo y Guánica. Si no fueran tan patéticos provocarían risa.

El liderato PPD y PNP insulta la inteligencia del pueblo tratándolo como a un niño que cuando se porta mal se le amenaza con el cuco. Para el penepé y el pepedé “portarse mal” es apoyar las opciones que se enfrentan a ellos y sus malos gobiernos. Los asusta’os sacan a pasear el miedo para intentar apaciguar la indignación del país. Están leídos. Olvidan que le han quitado tanto al pueblo, que le quitaron hasta el miedo.

En cuanto al PIP y el MVC, como se expresó en la conferencia de prensa, se continuarán discutiendo y explorando las diversas formas que puedan tomar las acciones conjuntas conforme se desarrolle el calendario político. Lo que no haremos es anticipar al bipartidismo que hoy controla la legislatura y el ejecutivo cuáles son los planes y las estrategias. Es evidente que están muertos del miedo y que harán lo que sea para sabotear cualquier esfuerzo que les pueda desplazar del poder.

Los que tenemos fe en nuestro pueblo no vivimos asusta’os ni muertos de miedo. Trabajamos afanosamente para llevar la esperanza del pueblo al poder.