Las copiosas lluvias de la pasada semana y sus consecuencias dañinas contra la propiedad y la vida, son el recordatorio más reciente de los retos que enfrentamos ante la crisis climática. Familias perdieron sus casas, una mujer en su carro fue arrastrada por las corrientes que invadieron las calles en Juncos ante la mirada impávida de las autoridades, carreteras colapsaron, derrumbes dejaron intransitable la carretera principal del municipio de Orocovis.

El Consejo Ejecutivo de Cambio Climático lo anticipó al informar que “los cambios en el clima ya han generado impactos en la sociedad, la economía y los ecosistemas naturales de Puerto Rico y se espera que estos incrementen... El conocimiento del clima del pasado no es guía confiable para el futuro. Esto afecta la planificación del desarrollo de la infraestructura pública y privada, de los sectores de turismo, industria, recursos de agua, energía y otros sistemas socioeconómicos”.

Hace una semana el Centro de Periodismo Investigativo publicó un artículo en el que dos expertos consultados “atribuyen estas proyecciones adversas asociadas con la crisis climática a la combinación del incumplimiento con leyes de protección ambiental, el uso prioritario de fuentes de energía no renovables y la incapacidad del Gobierno de integrar en sus decisiones las recomendaciones de la comunidad científica”.

El Gobierno se ha cruzado de brazos ante las recomendaciones científicas y esa indolencia te afecta directamente.

Para dramatizar cómo la indiferencia del Gobierno sobre la crisis climática pone en riesgo el bienestar y seguridad de la ciudadanía, basta evaluar las más de treinta medidas de la senadora María de Lourdes Santiago para enfrentar las consecuencias del cambio climático. El PS 32 para crear un nuevo ordenamiento de Ley de Costas. El PS 43 que crea la “Ley Proteger la Zona Costanera ante los efectos del Cambio Climático”, estableciendo una moratoria de construcción en las costas. El PS 131 para adelantar la prohibición de la quema de carbón que tan mortal sigue siendo para la salud de las personas, especialmente los residentes cercanos a la planta en Guayama. Nueve proyectos para establecer la protección de cerca de diez reservas naturales y agrícolas. El PS 31 para establecer la Reserva Hídrica del Acuífero del Sur para restaurar y conservar los acuíferos del sur. El PS 853 para ordenar al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales implementar un programa masivo de reforestación.

Estas son solo algunas de las medidas presentadas que, de aprobarse, tendrían un impacto positivo en el país, pero poco le importan al liderato legislativo del PNP y PPD. De estas medidas, dos tienen informes positivos de la Comisión de Agricultura y Recursos Naturales del Senado. Como cuestión de hecho, el proyecto de ley que establece una moratoria a la construcción en la zona del litoral tiene informes positivos, no de una, de dos comisiones con jurisdicción. No obstante, el liderato del PPD en el Senado se niega a llevarlas a votación porque no cuentan con los votos de su propia delegación. Las demás no han sido consideradas.

Ahí se ve el contraste entre la palabra y la acción. Cuando usted escucha al liderato legislativo popular y penepé y al gobernador hablar de la defensa del medio ambiente y de nuestros recursos naturales, cuando dicen estar preocupados con la crisis climática, la pregunta obligatoria es, ¿y tú, que has hecho? La pregunta se responde sola. Los líderes populares y penepés no han movido un dedo, teniendo ante su consideración decenas de proyectos sobre la crisis climática y la protección ambiental que urgen aprobarse.

La productividad, la salud, la soberanía alimentaria, permanecerán como aspiraciones inalcanzables hasta tanto se materialicen políticas que pongan un alto a la contaminación y desamparo de nuestros recursos naturales y ambientales. El liderato popular y penepé con su inacción demuestra que para ellos no hay ambiente para proteger el ambiente. No les importa condenar a las futuras generaciones, que merecen que les dejemos un Puerto Rico ambientalmente seguro y saludable.