Hace unos dًías participé de la Promesa de Reyes en Peñuelas, lo que ya se ha convertido en una tradición anual de las comunidades. La tradición se inició en el contexto de las luchas de las comunidades contra el depósito de cenizas tóxicas en el área de Tallaboa.

El propósito de la Promesa de Reyes, en la que participan miembros de la comunidad y también voluntarios de diversas organizaciones de base, es reiterar la solidaridad comunitaria, la defensa del medio ambiente y la salud. El ambiente es familiar, con actividades artísticas y educativas para niños en el contexto de la cultura puertorriqueña y la protección de nuestros recursos naturales.

Peñuelas ha sido el depósito tóxico de las políticas públicas de explotación ambiental. La actividad se realiza en un área que tiene como telón de fondo las estructuras abandonadas de las refinerías petroleras. El adefesio petroquímico dejado por la empresa CORCO es un recordatorio doloroso del desastre ambiental en la zona.

En Peñuelas las comunidades fueron punta de lanza en la lucha contra el gasoducto del sur. Recientemente, se enfrentaron a la empresa carbonera AES y a la empresa que administra el vertedero donde se estuvieron depositando cenizas compactadas. Y enfrentaron la pretensión de una empresa de asfalto que, sin los permisos correspondientes, estaba removiendo terreno ilegalmente.

Ante las difíciles circunstancias que ha enfrentado la comunidad, la Promesa de Reyes se da en un ambiente de confraternización, apoyo regional, y esperanza. Creo que es un buen ejemplo para todos en esta víspera de Reyes.

Desde el punto de vista de la tradición cristiana, la llegada de los Sabios de Oriente, o Reyes Magos, a adorar al Mesías se interpreta como la manifestación de los principios cristianos en la Humanidad. Esos principios de “amar al prójimo como a ti mismo”, la empatía, la solidaridad, dar la mano a quien más necesita, son aspectos que se reafirman en el día de Reyes.

En ese contexto, como pueblo, la Promesa de Reyes se debe fundamentar en enfrentar de raíz nuestros conflictos sociales, combatir la pobreza, asegurar servicios a quienes más necesitan, proteger nuestros recursos naturales, impulsar un pleno desarrollo para el bienestar de todos los que convivimos en esta Patria que tanto amamos. Eso requiere desprendimiento, empatía hacia el prójimo, y que nuestras acciones superen el egoísmo individual, para que impere la solidaridad colectiva.

Como parte de esa Promesa de Reyes, es necesario exigir más de quienes gobiernan. Para eso es importante la organización comunitaria, el fortalecimiento de organizaciones de base no gubernamentales, como se están organizando en tantos sectores y que les ha permitido enfrentar actos de injusticia con efectividad.

Los Reyes Magos siguieron a una estrella luminosa para guiar su camino. Sin intención de pretender abusar de los simbolismos, en nuestra bandera Patria, la que nos une como pueblo, predomina una enorme estrella. Nuestra bandera es símbolo de lo que aspiramos como pueblo, de nuestras victorias permanentes y fracasos pasajeros. Nuestra bandera nos une emocionalmente en un denominador común, que compartimos una misma identidad nacional que nos hace únicos ante el mundo.

Ese sentido colectivo es el que debe motivarnos a asumir una Promesa de Reyes como pueblo, inspirados para que nos guíe la estrella de nuestra bandera nacional, símbolo de unidad puertorriqueña. Esa Promesa debe ser trabajar por el Puerto Rico que aspiramos y merecemos, hacerlo con misericordia hacia el prójimo y dedicar toda nuestra voluntad para superar la injusticia de nuestra condición colonial y alcanzar la humanidad plena que merecemos como pueblo.

¡Feliz Día de Reyes!