Vientos de cambio
“El hecho de que por vez primera el Congreso promueva legislación federal que no incluye la opción del territorio colonial es un paso importante”.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 3 años.
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El líder del Congreso federal, Steny Hoyer, ha propuesto un proceso de votación sobre estatus que incluya como opciones la estadidad, la libre asociación y la independencia. Su propuesta es parte de un diálogo para buscar una tercera propuesta que armonice los proyectos de Nydia Velázquez y el de Darren Soto.
La propuesta de Hoyer es para llevar a cabo la votación mediante un plebiscito y adopta la propuesta de Velázquez para que las opciones sean fórmulas de status fuera de la cláusula territorial, por lo que excluye el ELA colonial.
Aunque no se vislumbra que la propuesta tenga apoyo en el Senado federal, tienen un enorme valor político. El hecho de que por vez primera el Congreso promueva legislación federal que no incluye la opción del territorio colonial es un paso importante. Una cosa es que el Congreso diga que Puerto Rico es un territorio, otra cosa es que diga que debe dejar de serlo. Soplan vientos de cambio en la política estadounidense sobre Puerto Rico.
Conforme al derecho internacional, el gobierno de los Estados Unidos tiene la obligación legal y moral de facilitar un proceso de descolonización y libre determinación. Es importante insistir en esfuerzos, tanto en Puerto Rico como ante la comunidad internacional y sobre todo en el Gobierno y el Congreso de los Estados Unidos para lograr impulsar un proceso de descolonización. Cualquier opción que se le proponga al pueblo deberá garantizar el derecho inalienable a su libre determinación e independencia; el derecho a proteger y promover la identidad cultural de Puerto Rico como nación latinoamericana y caribeña; y una transición económica armoniosa hacia todas las opciones.
Reitero que el mecanismo procesal más eficaz para ejercer ese derecho es la elección de una Asamblea para la Descolonización en representación de la soberanía puertorriqueña en la que el pueblo escogerá delegados en representación de las opciones de status no territoriales. Cada delegación en dicha asamblea, en representación de la alternativa descolonizadora, negociará con el Congreso y el Gobierno de EE.UU. su viabilidad, el contenido de cada alternativa y sus correspondientes periodos de transición. Las alternativas resultantes de estas negociaciones serán sometidas a votación al pueblo de Puerto Rico para su determinación. En esta propuesta no hay cuartos oscuros. Primero, se eligen en votación los delegados y, luego, el pueblo escoge, con conocimiento de causa, su status de preferencia en otra votación plebiscitaria. La propuesta de Hoyer no es incompatible con esta propuesta.
Ante este nuevo desarrollo en el Congreso federal, el presidente del PPD ha dicho: “Esa legislación no será realidad sin el ELA en la papeleta”. Incluir al ELA territorial sería como tener colesterol alto y su médico le sugiere desayunar, almorzar y cenar patitas de cerdo. Mi sugerencia sería que cambie de médico.
Luego de que las tres ramas constitucionales del gobierno estadounidense han reconocido que Puerto Rico es un territorio no incorporado, sujeto a los poderes plenarios del Congreso, insistir en ése arreglo político territorial resulta anti-histórico. Es a base de esa autoridad que se nos ha impuesto un nuevo modelo de gobierno colonial con una Junta de Control Fiscal. Es bajo el ELA colonial que el gobierno estadounidense ha dicho que nos puede vender o ceder a otro país. El ELA colonial es un régimen antidemocrático inaceptable.
Atender el tema del estatus es prioritario. La condición territorial afecta todas las instancias de la vida económica, política y social en Puerto Rico. Como dijo el doctor en economía, Francisco Catalá, sobre la falta de instrumentos institucionales para nuestro crecimiento: “La caja de herramientas de Puerto Rico está prácticamente vacía. Sus pocos instrumentos institucionales, cada vez más menguados e inefectivos, provocan que las administraciones gubernamentales luzcan como si es tuvieran en una competencia de incapacidad. Ni pueden utilizar a cabalidad los pocos poderes que nominalmente tienen ni, mucho menos, conquistar los que no tienen.”
Un proceso de descolonización es fundamental para llenar esa caja de las herramientas e instrumentos necesarios para nuestro desarrollo y prosperidad en pleno Siglo XXI. La postura del liderato del PPD es aferrarse a la caja de herramientas vacía, por miedo al cambio. Afortunadamente, esa no es la posición de la mayoría del país, incluso de aquellos que apoyaron en el pasado a ese partido y ya no se sienten representados por su liderato. Los que abandonaron el miedo les pasarán por encima a los líderes del inmovilismo. Aquí también soplan vientos de cambio.
Excandidato a gobernador por el Partido Independentista Puertorriqueño
Levanto bandera
Discutirá temas diversos en defensa de la justicia y la construcción de un nuevo país.