Tal vez lo último que te hizo sentir así fue una relación amorosa.  Tal vez fue el nacimiento de un hijo, o un logro personal o profesional en  el cual habías puesto mucho esfuerzo. Quizás te llegó un dinero inesperado porque te pegaste en la Lotería o los caballos, o recibiste una herencia.

No importa cuál haya sido la fuente de esa felicidad, esperada o no, estoy segura de que en algún momento esa felicidad te ha traído algún tipo de sufrimiento.  No es que quiera venir como una nube negra a robarle el sol a tu momento.  Lo que busco más  bien es que hagamos una pausa para la reflexión, con el fin de tratar de analizar algo que puede evitarte más sufrimiento en el futuro. 

Haz una lista mental de algunas de las cosas que más feliz te hacen en estos momentos.  Ahora pregúntate cómo te sentirías si cada una de ellas te faltara.  ¿Cómo reaccionarías a la pérdida de eso en particular?  Generalmente, la reacción natural sería de dolor y de pena.  ¿Quiere eso decir que no debemos disfrutar nada porque en algún momento lo vamos a perder?  No.  Lo que quiere decir es que lo debemos disfrutar precisamente porque todo tiene el potencial de cambiar y acabarse de un día para otro. 

Pienso que el estado ideal sería aquel en el cual podamos disfrutar a plenitud todo lo que nos brinda felicidad sin apegarnos a ese sentimiento.  Soy consciente de que no es fácil, pero por algún lugar tenemos que empezar.  Te invito a que en los próximos días te detengas cada vez que te sientas feliz, des gracias por ese momento y a la misma vez reflexiones en el hecho de que en algún momento eso puede cambiar.  La conciencia del cambiacambia ayuda a entrenarnos a sufrir menos invitándonos a soltar más.  

Preguntas a Lily

Tú preguntas

Mi hijo de 19 años dejó abierto su  Facebook y descubrí una conversación sexualmente explícita entre él y otro muchacho que me hace saber claramente que es homosexual. ¿Debo hablar con él o espero a que él me lo diga?

Yo te respondo

Aunque violaste su confianza, a lo hecho pecho. Quizás no te lo dijo por miedo al rechazo.   Habla  con alguien para aclarar tus sentimientos y después hablas con él.