Algunos hemos tenido la bendición de haber podido hacer de nuestro propósito de vida una profesión o carrera.  Y están aquellos que han tenido que sentir que una puerta se les cierra en la cara para poder buscar a través de una ventana un espacio por donde respirar. 

Eso fue lo que le pasó a uno de mis primitos.  El año pasado, él y quien fuera su compañero por varios años se casaron en Nueva York.  Fue la primera boda gay en la familia y un momento hermoso que lamentablemente me perdí por razones de trabajo.  Mi primo se crió en el seno de una familia católica, y siempre fue un muchacho de mucha fe.  Pero, a través de los años, comenzó a sentir que esa Iglesia que se supone que debería representar a Dios en su vida predicaba un mensaje opuesto a lo que él entendía que debía ser Amor Divino.   

Mario me cuenta que, después de las expresiones tan hermosas de amor incondicional que recibió de tantas personas en su boda, decidió reactivar su vida espiritual buscando una iglesia donde pudiese sentirse aceptado y amado.  Encontró lo que estaba buscando en la Iglesia Unitaria. Allí se ha integrado en una comunidad de fe en que puede fortalecer su base cristiana y a la misma vez presentar a su compañero como su “esposo”, sin miedo al rechazo o al prejuicio.   

Qué curioso que este joven, que pensó que su pasión iba a ser siempre el teatro, ahora se ha dado cuenta de que hay algo más que lo llena.  Hace poco lo invitaron a predicar en la congregación, algo que ha despertado el deseo en él de estudiar para certificarse como ministro.  ¿Será este su propósito?  Solo el tiempo lo dirá, pero en estos momentos hay algo que está moviendo su vida en la dirección correcta. Y eso, para mí, es suficiente.  

Preguntas a Lily 

Tú preguntas

Llevo cinco meses saliendo con un muchacho divorciado como yo. Parezco gustarle mucho, pero él no ha hecho ningún movimiento para tener intimidad conmigo.  ¿Debo preocuparme?

Yo te respondo

Creo que ya estás preocupada. Si no has hablado con él sobre el asunto, debe ser por miedo a perderlo. Deben hablar.   Y si lo que escuchas no te tiene sentido, entonces creo que sabes lo que debes hacer.