A veces basta con regresar a lo más básico para resaltar las fortalezas de un género. Esto lo demuestra contundentemente el director Ti West en su espeluznante película The House of the Devil, uno de los mejores exponentes del terror que he visto en muchísimo tiempo, que desde hace varias semanas se puede conseguir para alquiler en los canales de Pay-Per-View y a través del servicio de Xbox Live.

Sin necesidad de complicados efectos especiales ni tramas rebuscadas, West devuelve al género dos de sus elementos más iconográficos: una solitaria casa y -por supuesto- la ingenua niñera que está dentro de ella. Sé que es algo que hemos visto decenas de veces  en el medio, pero, en tiempos cuando lo único que se proyecta en los cines son “remakes” de las clásicas cintas de horror o las malditas secuelas de Saw y su “torture porn”, ver un filme como The House of the Devil resulta en una experiencia refrescante. 

No voy abundar mucho en la trama ya que considero que deben verla tal y como lo hice yo: sin saber prácticamente nada fuera de que había sido recomendada en este blog por Harry.Caul y que tenía un alto por ciento de aprobación en RottenTomatoes.com. Pero para quienes les gustan los trailers, aquí les va:

 

La película trata sobre “Samantha” (Jocelin Donahue), una joven universitaria en aprietos económicos que necesita dinero para pagar el primer mes de renta de su apartamento. Mientras busca empleo en un tablón de expresión pública, ve un anuncio en el que solicitan una “baby sitter”. Al llegar a la casa donde fue reclutada, descubre que en realidad no hay ningún niño que cuidar, y… pues. Digamos que el título les debe dar una idea del resto de la historia.

El filme es un estupendo ejercicio de pura anticipación. West va aumentando poco a poco los niveles de tensión a lo largo de la trama y, justo cuando ya se sienten insoportables, nos revela el último y sangriento acto de la película. Quizás muchos espectadores  consideren que el desenlace no le hace justicia a todo lo que lo antecede, pero a mí me encantó. Tanto así que, estando solo en la sala de mi casa, me vi motivado a aplaudirle al televisor.

Uno de los aspectos que más me fascinó del largometraje fue el estilo visual empleado por West que evoca a los clásicos del terror de finales de los 70 y principios de los 80, década en la que se desarrolla la trama. Desde la moda de los personajes hasta la típica secuencia de créditos al ritmo de la música de la época en la cual seguimos los pasos de la protagonista, The House of the Devil fácilmente podría ser un filme inédito de esa década del cine. De los que siempre veíamos en el videoclub pero nunca alquilábamos.

El gran Alfred Hitchcock explicó claramente la diferencia entre sorpresa y suspenso de la siguiente manera: cuando dos personajes están sentados en una mesa y una bomba estalla, eso es sorpresa. Por el contrario, cuando los mismos personajes están en la mesa pero sólo el público sabe de la bomba, eso es suspenso. The House of the Devil es puro suspenso. Una diabólica bomba que se toma su buen tiempo en estallar... y qué bien lo hace.