
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 13 años.
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Hay una pureza en el acercamiento a la acción expuesto en The Raid: Redemption que la convierte en una de las mejores películas del género en años. La clave para el éxito de este filme indonesio yace en la economía narrativa del director y guionista Gareth Evans, algo que se manifiesta desde su premisa: 20 policías, rodeados por decenas de criminales, atrapados en 30 infernales pisos.
Evans establece claramente desde el principio quiénes serán los protagonistas de esta extravagante oda a la violencia. La trama es sencilla: tenemos al héroe, “Rama”, interpretado por Iko Uwais (recuerden ese nombre porque podría convertirse en una mega estrella de acción), agente de la unidad de SWAT que forma parte de una redada a un edificio controlado por un sanguinario criminal. El objetivo: tomar control del edificio que está mayormente habitado por adictos y asesinos.
El plan, obviamente, no resulta de la manera más efectiva posible. Evans no pierde tiempo ni entorpece el flujo de la historia con innecesaria exposición, subtramas ni escenas que le resten intensidad al filme. Los policías cometen un error y se ven atrapados entre dos bandos de criminales que los atacan desde arriba y desde abajo. Los cadáveres comienzan acumularse y al final sólo queda un puñado de agentes que debe luchar hasta la muerte por sobrevivir.
The Raid: Redemption contiene de todo un poco para los fanáticos del género. Al principio la acción se circunscribe a tiroteos, pero no es hasta que las balas se agotan cuando en verdad comienza lo bueno. Uwais, campeón del arte marcial de Indonesia conocido como pencak silat, pone al servicio del largometraje sus impresionantes habilidades para deshacerse de malhechores a diestra y siniestra. Cada golpe se siente y no me sorprendería que muchos de los actores que se interpusieron en su camino hayan sido lastimados de verdad.
Evans posee un excelente ojo para capturar secuencias de combate a un ritmo frenético. La cámara se acerca sólo cuando es necesario para elevar la energía y ofrece tiros más abiertos para poder apreciar la acción. Las peleas -expertamente coreografiadas y repletas de talentosos artistas marciales- son variadas y distintivas, la más memorable de éstas siendo una que involucra el uso de machetes y cuchillos, pero cuando se van a puño limpio son igual de viscerales.
El nivel de morbosidad es bastante elevado, pero así es que debería de ser. La película no escatima en violencia y presenta las brutales consecuencias de esta batalla hasta la muerte con lujo de detalles. Esto no es una crítica hacia la cinta sino sólo una advertencia dirigida a los espectadores con un bajo nivel de tolerancia, o los que están acostumbrados a la acción PG-13 de Hollywood.
Antes de llegar al mercado de Estados Unidos y tras exhibirse en varios festivales alrededor del mundo –dónde inicio su fama como un filme que ningún cinéfilo se podía perder-, The Raid: Redemption se titulaba simplemente The Raid. Fue acá que le añadieron el subtítulo con miras a hacer secuelas o, quizás, una trilogía. Con suerte, así será. La trama concluye de manera satisfactoria pero deja las puertas lo suficientemente abiertas para que queramos ver más de estos personajes.
En la última década Hollywood ha intercambiado las estrellas de acción por superhéroes. Es hacía otras regiones del mundo –en especial Asia- adonde debemos mirar para encontrar dignos ejemplos de este popular género y Evans, aunque es británico, evidentemente tiene el talento para seguir los pasos de directores de la talla de John Woo y Jee-woon Kim.