Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 16 años.
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Hay muchas cosas para admirar del nuevo filme del director Wes Anderson, Fantastic Mr. Fox, que se exhibe exclusivamente en las salas de Fine Arts. La animación stop motion es de primera, las voces de los personajes son igualmente buenas y la dirección artística, que le presta una minuciosa atención hasta al más mínimo detalle de este mundo fantasioso, es sorprendente.
Sin embargo, la película se queda corta de ser -como reclama su título- fantástica. Anderson demostró con su estupenda The Royal Tenenbaums que sabe cómo contar una historia de una familia que se sale de los límites de lo normal, pero en esta adaptación del libro homónimo de Roald Dahl, los personajes no poseen ese mismo carisma y excentricidad de los que aparecen en sus mejores guiones originales.
La trama es muy sencilla: “Mr. Fox” es un zorro cuya carrera como un experto ladrón de gallinas llega a su fin cuando su esposa lo sorprende con la noticia de que van a tener un hijo. Ella le pide que le prometa que dejará atrás su vida criminal y que encuentre otra manera de proveer para su familia, algo que consigue como columnista de un periódico.
“Me siento vieja, pero no muy sabia”, confiesa “Jenny”, la protagonista del excelente filme An Education, de manera retrospectiva a lo que han sido los últimos meses de su joven vida. Con tan sólo 17 años, la adolescente ha experimentado más cosas que muchas otras chicas que vivieron en la Inglaterra de los años 60.
Aunque aún no lo sepa, “Jenny” -interpretada magistralmente por Carey Mulligan- sí ha adquirido sabiduría desde que conoció a “David” (Peter Sarsgaard), un hombre mayor que ella por al menos dos décadas, que de inmediato se interesó en ella. No es el tipo de conocimiento que se adquiere en la academia, sino en lo que “David” denomina la “Universidad de la Vida”, institución ficticia de la cual “Jenny” se ha graduado con un grado asociado tras involucrarse sentimentalmente con él.
La película, dirigida por Lone Scherfig, está basada en las memorias de la periodista inglesa Lynn Barber y su amorío con un hombre mayor que ella cuando asistía a la escuela superior. El guión de Nick Hornby (High Fidelity, About a Boy) realiza un magnífico trabajo al transportarnos a la sociedad británica de la década de los 60, época cuando el feminismo nacía y las mujeres comenzaban a luchar por sus derechos, buscando identidad propia fuera del matrimonio y esmerándose por perseverar en sus estudios universitarios.