Cuando Magic Mike estrenó en verano de 2012, la modesta película acerca de un grupo de strippers masculinos se convirtió en un sorpresivo éxito taquillero al cautivar las pupilas de un sector del público –primordialmente femenino- que, en términos generales, no quedó muy satisfecho con el drama de estos bailarines y las dificultades económicas que atraviesan. Mucho bla bla bla y poco bum bum bum fue la queja más recurrente entre aquellas que fueron en búsqueda de pectorales, abdominales y otros “ales” y se toparon con una sosegada meditación sobre la quimérica persecución del “sueño americano”.

Hoy nos llega Magic Mike XXL, filme que no necesariamente muestra más músculos que la cinta original pero sí tiene presente a las mujeres en todo momento. Mejor aun, las trata con cariño y respeto, razón suficiente para que sobresalga como una de esas raras secuelas que superan a sus predecesoras.

Pero calma, no se preocupe. Si lo que quiere ver es a unos macharranes moviendo el trasero al ritmo del bajo mientras los dólares llueven sobre ellos, Magic Mike XXL la complacerá con creces. El acto final por sí solo, en el que el grupo compite en una convención de strippers, es probablemente uno de los desenlaces más divertidos y emocionantes del año, superando incluso a algunos vistos en los blockbusters de dinosaurios y carros furiosos. Pero antes de esa apoteósica explosión de testosterona, encontrará una cándida película sorprendentemente graciosa y colmada de personajes agradables, todos genuinamente preocupados con lo que su oficio como “male entertainers” significa para las mujeres que los ven como objetos de sus fantasías.

No hay mucha trama de la qué hablar. El argumento se circunscribe a lo mencionado anteriormente: tras distanciarse por los pasados años, “Magic Mike” (Channing Tatum, mejor que nunca) se reúne con sus antiguos compañeros para un último show antes de seguir sus respectivos caminos. No hay ningún conflicto, ningún personaje atraviesa un crecimiento dramático trascendental, aunque sí descubren cosas sobre sí mismos. La cinta es básicamente un “road movie” en el que los muchachos viajan de Tampa a Georgia realizando varias paradas y pasándola bien en el trayecto. Entonces, ¿cómo es que esta película en la que prácticamente no ocurre nada resulta tan buena?

La respuesta se compone de varios aciertos, comenzando por el elenco. Tatum es, sencillamente, otra cosa. Carismático, cómico, sexi y un experto bailarín, el actor es una indiscutible estrella, tan diestro en su arte que da gusto aceptar la facilidad con la que lacera el ego y la autoestima de aquellos que jamás nos veremos ni moveremos como él. A su magnetismo se le suma la inseguridad de Joe Manganiello como “Big Dick Richie” –quien se bota en, no una, sino dos de las mejores secuencias de baile-, la dominante sensualidad de Jada Pinckett Smith como la dueña de un club nocturno y la jovialidad que emana de Andie MacDowell en la breve escena que nos recuerda la tremenda actriz que es y lo poco que actualmente la vemos en el cine.

La gasolina que impulsa a Magic Mike XXL es ver a todos los personajes interactuando entre sí, ya sea a bordo de un camión haciendo chistes, conversando en la playa acerca de sus sueños y frustraciones o cayendo de sorpresa en una mansión para alegrarle la noche a un quinteto de mujeres desencantadas con sus maridos o exmaridos. El director Gregory Jacobs captura todos estos encuentros sociales a través de un lente “altmanesco”, como si el clásico Nashville, en lugar de desarrollarse en la escena country de los 70, se enfocara en el mundo de los bailarines exóticos.

En el departamento detrás de la cámara, el largometraje luce espectacular, y no es para menos. Jacobs lleva más de dos décadas trabajando como el asistente de Steven Soderbergh, quien aquí asume el rol de cinematógrafo –además de editor- y juega con la luz natural para pintar la pantalla de tonos cálidos y fríos con pinceladas de neón. En cuanto al guión de Reid Carolin, lo que este carece en trama lo compensa con la encomiable reverencia con la que trata a las mujeres, incluyendo a las decenas de ellas que aparecen como extras en pantalla. Altas, bajas, jóvenes, mayores, flacas y gordas, “Mike” y los otros bailarines las deleitan a todas por igual y sus placeres siempre son significativos y valorados por todos ellos. 

Esta es una película acerca de un grupo de strippers que realiza una parada en su viaje para simplemente robarle una sonrisa a una empleada que aparenta estar apestada en su trabajo. El que esto represente un logro mayor para todos ellos es prueba de que Magic Mike XXL va más allá del puro hedonismo carnal.