
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 13 años.
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“Will McAvoy”, el personaje central de la nueva serie de HBO, The Newsroom, que estrenó anoche, tiene el cinismo característico de todo veterano periodista y con ese rasgo intenta proteger muy en su interior el espíritu de lo que debería ser la profesión.
El hombre ancla de una ficticia cadena noticiosa –muy bien interpretado por Jeff Daniels- revela el credo que perfila su carácter en el brutalmente franco sermón con el que inicia el primer episodio, incitado por una cándida estudiante universitaria quien, durante un acolorado debate entre un conservador y un liberal, le hace la ingenua pregunta: “¿por qué Estados Unidos es el mejor país del mundo?”.
“No lo es”, responde McAvoy, luego de varios intentos por evadir las usuales respuestas que la gente quiere escuchar. De ahí, arranca en un discurso exento de hipocresías en el que enumera múltiples razones que sustentan su argumento, y de inmediato notamos la pluma del reconocido guionista Aaron Sorkin (The West Wing, Sports Night, The Social Network) y su inigualable talento para escribir excelente diálogo al ritmo de 200 palabras por minuto.
El derroche de honestidad por parte McAvoy –cuyo programa nocturno es comparado a The Tonight Show por no confrontar a los invitados con temas importantes- evoca al famoso discurso del clásico -y aún relevante- filme Network, de Sidney Lumet, en el que otro hombre ancla, “Howard Beale”, no puede soportar más el artificio y grita al aire su verdadero sentir en torno a la cobertura noticiosa, y por qué nunca nadie dice las cosas como son.
La visión de Sorkin, por el contrario, es optimista dentro de los tiempos tan cínicos que vivimos. McAvoy y su equipo de producción aprovechan el incidente con la estudiante para reinventar su programa y ofrecerle al público un noticiario digno, desvinculado de los partidismos políticos y de la preocupación por los índices de audiencia. Es una propuesta sumamente idealista, que si por un lado inspira a todos los que ejercemos este oficio a realizar un mejor trabajo, por el otro se aparta un tanto de la realidad en su acercamiento al periodismo.
Cerca de la mitad del episodio descubrimos que los hechos se desarrollan en abril de 2010, cuando llega un alerta a la redacción de una explosión en un pozo petrolero en el Golfo de México. Se hace evidente que Sorkin se basa en hechos verídicos para argumento, y de ahí en adelante el manejo de esta crisis ambiental de hace dos años se trabaja con resultados inmediatos que cualquier reportero señalaría como irreales.
McAvoy y sus productores dan con la verdadera noticia, el mal manejo de planes de contingencia para evitar un derrame de petróleo, en cuestión de minutos, contrario al verdadero desarrollo de la noticia que tomó semanas y salió a la luz por el periodismo investigativo de Prensa Asociada.
Sin embargo, provisto con la perspectiva y el conocimiento que ofrece escribir de hechos pasados, resultará interesante ver cuáles otros eventos noticiosos Sorkin abordará en The Newsroom en los próximos nueve episodios, hilvanando entre ellos los respectivos dramas de los miembros de la redacción. Por el momento, la serie ha dado en el clavo en capturar nuestra atención y ponernos a discutir el memorable discurso de McAvoy, uno que muchos quisiéramos escuchar en la vida real.