All That Jazz no se asemeja a ningún musical que haya visto antes y con toda probabilidad a ninguno que vaya a ver en el futuro. Son pocos los exponentes de este género que logran sobrepasar mi aversión natural a ellos (Les Miserables casi acaba conmigo hace dos años), pero las virtudes que se hallan en este extraordinario filme de Bob Fosse son tan múltiples y variadas que nadie con la más mínima afinidad por el séptimo arte sería capaz de resistirse a ellas.

La película se mueve con la agilidad de un bailarín de la talla de Gene Kelly en un espectacular despliegue de danza, música y –sobre todo- el arte cinematográfico. Fosse demostró con Cabaret que está más que consciente de que el teatro no es la pantalla y la pantalla no es el teatro, armándose de las fortalezas del medio fílmico para transmitir la misma energía que se expone en tarima intensificada por las libertades y herramientas que ofrece el cine. Fue esto lo que hizo de Cabaret un clásico y de All That Jazz el mejor y más claro ejemplo de su incomparable talento. Es una lástima que su carrera en el séptimo arte haya sido tan corta, pero si nos dejamos llevar por los elementos autobiográficos que se revelan aquí, fue mucho logró con su vida de excesos.

Roy Scheider interpreta magistralmente a “Joe Gideon”, un celebrado bailarín y coreógrafo que funge como el subrogado de Fosse, quien -según se ha dicho- tuvo la idea para hacer esta película mientras convalecía en el hospital tras sufrir un ataque al corazón que casi lo lleva a la tumba (la autobiografía de Shirley MacLaine indica que fue ella quien le sugirió que hiciera un musical acerca de la muerte). “Gideon” se encuentra en medio de la preproducción de su próxima obra mientras hace malabares entre amantes, su novia y su exesposa. Además de mujeriego, “Gideon” es un adicto a las metanfetaminas que lo mantienen activo en sus ajetreados días de trabajo que empiezan y muchas veces acaban cerca  del amanecer, las mismas que contribuyen a que un día tenga que ser llevador de emergencia al quirófano.

Con tan solo leerla, la trama no parece apartarse mucho del convencional arco de un genio artístico que cae víctima de sus vicios, pero “convencional” ni ninguno de sus sinónimos son adjetivos que podrían usarse para describir la puesta en escena de All That Jazz, y ni hablar de su increíble edición. Fosse segmenta la narrativa como un bailarín de tap moviéndose al ritmo del jazz, llevándonos del pasado, al presente y al futuro de un momento a otro a través de abruptos y rápidos cortes que mantienen la película extremadamente dinámica de principio a fin. La importancia del trabajo en la sala edición, y cómo es aquí donde verdaderamente nace una película, es subrayada por una subtrama en la que vemos a “Gideon” trabajando en la posproducción de un filme que gira en torno a un comediante de stand-up. Esta es una clara alusión a Lenny (1974), filme que Fossee también dirigió y agilizó a través de la edición. 

La sombra de la muerte cae sobre el filme desde su primer acto, no solo mediante inserciones de hechos futuros sino además de las conversaciones que “Gideon” tiene con el ángel de la muerte (Jessica Lange), a quien le revela verdades personales que nadie conoce. Entre la seducción con la muerte y los dilemas personales de “Gideon” se intercalan fabulosos números musicales, muchos de los cuales resaltan las extravagancias características del teatro, pero todos propulsados por la proeza visual de la edición así como la precisa dirección y coreografía de Fosse. 

Resulta paradójico, pero es casi imposible parar de sonreír mientras se disfruta de un musical tan temáticamente sombrío. Una celebración del arte y la vida que a la vez condena los excesos de la industria sin apartar la mirada de los estragos que deja. Y si por casualidad esto no queda rotundamente claro, el último e impactante tiro se encarga de que todo el peso de la propuesta de Fosse se transmita con la fuerza de un contundente golpe al mentón. 

El disco

Tras ser recientemente restaurada en 4K, All That Jazz luce espectacular en alta definición. Presentada en su formato original 1.85:1 en resolución 1080p, la película salta de la pantalla gracias a un excelente nivel de detalle que permite apreciar cada rasgo en los rostros de los protagonistas y las ricas texturas que adornan su estupenda puesta en escena. La copia retiene una nítida capa del grano fílmico, goza de un tremendo contraste, saturación de colores y no muestra la más mínima señal de deterioro.

La pista en inglés DTS-HD Master Audio 3.0 está a la misma altura del vídeo, denotando una gran amplitud, profundidad y claridad que la hacen escuchar como si estuviera utilizando cinco canales en lugar de tres. 

En términos de extras, Criterion ha incluido tanto material que el menú no parece poder aguantarlo.


Entre los suplementos se encuentran algunos que aparecieron en ediciones anteriores en DVD, como dos pistas de comentario, una con el editor Alan Heim y otra con el protagonista Roy Scheider; el documental Portrait of a Choreographer, en el que colaboradores y admiradores de Bob Fosse –como Liza Minnelli y Rob Marshall- hablan acerca de la coreografía del director y bailarín; The Soundtrack: Perverting the Standards, documental dedicado a la música del filme; y una entrevista al compositor George Benson, cuya canción “On Broadway” figura en una de las primeras escenas de All That Jazz.

De archivo también tenemos un episodio del programa Tomorrow, grabado en 1980, en el que se entrevista a Fosse y la coreógrafa Agnes de Mille; otra entrevista a Fosse de 1981 realizada en The South Bank Show; y una conversación entre el cineasta y el crítico Gene Shalit grabada en 1986.

Nuevo en este DVD/Blu-ray se encuentran las entrevistas realizadas por Criterion a Heim, quien aborda la estupenda edición de All That Jazz, que fue reconocida con un premio Oscar; otra a Sam Wasson, biógrafo de Fosse, centrada en la carrera del cineasta desde sus inicios como bailarín hasta convertirse en director; y una conversación entre las actrices Ann Reinking y Erzsebet Foldi, quienes interpretan a la novia e hija de “Joe Gideon”, respectivamente. Ambas figuran en una de las escenas más memorables de la película interpretando el número “Everthing Old is New Again” y aquí discuten su colaboración con Fosse.

Además, se incluye material grabado durante la filmación de All That Jazz: ocho minutos de Fosse dirigiendo y cuatro de Scheider entrevistado en el set; el tráiler de la película y un panfleto ilustrado que contiene un ensayo escrito por el crítico Hilton Als.

En definitiva, este es uno de los lanzamientos de The Criterion Collection del 2014 que no puede faltar en la filmoteca de ningún amante del cine.