Poco más de dos años han transcurrido desde que los hermanos Ethan y Joel Coen nos transportaron al Greenwich Village de los años 60 para contarnos una historia entre miles similares: aquella del artista que trató y perdió. Y como toda buena canción que se ancla en la mente y retorna a nuestro consciente  para ser cantada cuando uno menos se lo espera, Inside Llewyn Davis solo mejora con el paso del tiempo, haciéndose cada vez más evidente que se trata de uno de los mejores filmes de esta década.

A continuación, un extracto de mi crítica del 8 de enero de 2014:

La primera vez que vemos a Llewyn Davis aparece iluminado en la tarima del famoso Gaslight Café en Nueva York envuelto en el humo de los cigarrillos. Es el invierno de 1961 y la música folk aún no ha irrumpido como la poderosa voz de protesta que estalló más tarde en la década, pero Llewyn obviamente está ajeno a ese futuro desarrollo. Su dulce voz entona viejos versos que hablan del pasado, pero son reflejo de su presente como otro artista emergente en medio de un mar de ellos que luchan por abrirse camino dentro del resurgimiento del antiguo género.

Mientras el canon cinematográfico de los Coen está repleto de entrañables perdedores -personajes como “Jeffrey Lebowski”, “H.I. McDunnough” y “Jerry Lundegaard” que invitan a reírnos de su ineptitud- en Inside Llewyn Davis la situación es distinta. La historia de Llewyn (Oscar Isaac) no es abiertamente graciosa. Cuando las risas llegan es a raíz de la característica ironía de los Coen, quienes aquí sustituyen la sátira por una profunda melancolía que habita en cada rincón de esta película en la que la pena se siente en cada trova y la atmósfera es dictada por la cinematografía de Bruno Delbonnel, tan fría y exenta de color que podría ser en blanco y negro.

En tarima y con guitarra en mano, Llewyn es un hombre muy distinto al que sus amigos y familiares conocen. “No es bueno saber mucho del pasado de los artistas; arruina el misticismo”, le dice Llewyn a su hermana tras mentirle diciendo que le va bastante bien. La realidad es que no tiene dinero y vive como un nómada que se traslada entre sofás, consiguiendo donde dormir gracias a la bondad de conocidos y desconocidos. El mayor obstáculo en su carrera ha sido su propia arrogancia. Por cada paso hacia adelante, da tres hacia atrás. No hacemos más que escucharlo cantar el solemne tema con el que inicia el filme e inmediatamente después vemos a alguien darle una golpiza en un callejón.


A simple vista es fácil despachar a Llewyn como un pedante que emprende un viaje homérico de Nueva York a Chicago en busca de una nueva oportunidad por alcanzar la fama, todo mientras lidia con posiblemente haber embarazado a la novia de un amigo y encontrar al gato que extravió y que pertenece a una pareja de profesores que le ofrecen asilo. Es en el subtexto del guión donde se hallan varias sutilezas acerca de la autenticidad, la naturaleza del artista y como muchas veces un golpe de suerte es la gran diferencia entre el triunfo y el fracaso.

Si bien las destrezas y madurez de los Coen son lo que distinguen este largometraje del resto de su filmografía, la actuación de Isaac no es menos meritoria del mismo nivel de alabanzas. Llewyn es un tipo difícil de querer. Odioso, incluso, mas el actor guatemalteco –con su pinta de Martin Scorsese de los años 70- se gana poco a poco el cariño, o cuanto menos, la pena, del espectador. Porque podrá ser insoportable, grosero y altanero, pero cuando toma la guitarra y empieza a entonar, es Isaac quien toca y canta, transmitiendo sentimientos que a su personaje le es imposible expresar de ningún otro modo. Una voz que lamenta, como la mayoría de los artistas, el que ni siquiera dejarán impresión suficiente como para ser olvidados, algo que jamás se podrá decir de Inside Llewyn Davis. 

El disco

Inside Llewyn Davis luce tan perfectamente bien en esta edición de Criterion como en el Blu-ray original del 2014. La fantástica cinematográfica de Bruno Delbonnel es reproducida inmaculadamente en esta presentación digital, mientras que el sonido –que en este caso es aún más importante- no se queda atrás. La pista en inglés 5.1 DTS-HD Master Audio se adueña de los cinco canales de sonido con gran dinamismo, amplificando el campo auditivo para dar vida a las secuencias musicales que imperan en la película. En definitiva, la experiencia audiovisual no podría ser mejor.

De los extras, fácilmente sobresale uno que llamarlo “extra” resulta prácticamente ofensivo. Se trata del concierto Another Day, Another Time que se transmitió por Showtime cerca del estreno del filme y en el que por casi dos horas numerosas figuras de la música folk interpretaron canciones ante una casa llena que se reunió para escuchar clásicos del género. El excelente espectáculo pudo haber sido su propio lanzamiento en Blu-ray, por lo que se le aplaude a Criterion el haberlo incluido como un suplemento sin elevar el precio del disco.


También tenemos una entrevista que el director Guillermo del Toro le realizó a los Coen, aunque esta se siente más como una conversación entre un gran admirador y uno de sus ídolos/colegas. La charla se enfoca en la primera y última película del dúo, Blood Simple e Inside LLewyn Davis, partiendo de la premisa de que –según Fracois Truffaut- en ADN de un cineasta se puede apreciar en los primeros cien pies de celuloide de su ópera prima.

Los Coen vuelven a aparecer en una conversación con el legendario productor musical T. Bone Burnett en la que se limitan a dialogar acerca de las canciones que figuran en el filme, su procedencia y relevancia con respecto a la figura de “Llewyn Davis”. En esa misma línea va la entrevista por separado que Criterion le hizo al historiador Elijah Wald sobre la escena folk de Greenwich Village en los 60 y el cortometraje documental Sunday, del director Dan Drasin, que captura un altercado entre los músicos folk y la Policía de Nueva York en 1961.

Para los amantes de las pistas de comentario, el disco contiene una interesantísima a cargo de Robert Christgau, David Hajdu y Sean Wilentz, expertos de la música folk que se encargan de ofrecer valioso contexto tanto musical como histórico mientras se ve la película.

Por último, se incluye el making-of Inside “Inside Llewyn Davis” que apareció en la antigua edición del Blu-ray, los tráilers y un panfleto ilustrado con un ensayo del filme escrito por Kent Jones.