Tras resucitar artísticamente con la magistral The Thin Red Line en 1998 -dos décadas después de su último trabajo como director -, el cine de Terrence Malick se encontraba atravesando un proceso de metamorfosis. Atrás quedaron las narrativas lineales de Badlands (1973) y Days of Heaven (1998) para dar paso un estilo más libre de forma, abierto a que fuese un coro de diferentes voces el que estuviese a cargo del relato de sus historias, cada vez más enfocadas en la introspección humana con respecto a su ubicación en el cosmos entre lo espiritual y lo terrenal.

Malick alcanzó el cénit de esta nueva manifestación de su arte en The Tree of Life (2011), una extraordinaria épica que comprendió desde el origen del universo hasta “la vida eterna”, y desde entonces se ha dedicado a realizar variaciones menos ambiciosas en sus trabajos subsiguientes, tan solo apelando a sus más devotos admiradores, entre ellos este servidor. Pero antes de que To the Wonder (2012) y Knight of Cups (2015) hicieran del estilo “malickiano” un cliché cinematográfico, The New World (2005) lo expuso hermosamente, sirviendo como punto de transición para el cineasta al propiciar la unión entre su nueva forma de hacer cine y los ojos de quién espléndidamente capturaría el proceso con su cámara: Emmanuel Lubezki.

The New World marcó la primera colaboración entre Malick y el laureado cinematógrafo mexicano, quien contribuyó tanto a lo que se convertiría en el sello “malickiano” como el propio director. A través del incomparable lente de Lubezki, el director y guionista estadounidense se trasladó al siglo 17 para contar el trágico romance -inspirado parte en la realidad y parte en la leyenda- acerca de aquél capitán inglés que viajó América y quedó cautivado por las bellezas de sus tierras, entre ellas, la de una indígena que le robó el corazón. Mientras la historia de Pocahontas y el capitán John Smith propulsa el argumento, Malick lo utiliza para explorar la relación de los humanos con su entorno, con lo divino y entre sí mismos.

Lo que pudo haber sido un filme convencional, Malick y Lubezki lo transforman en poesía. La curiosa cámara no se limita a seguir a los personajes, sino a contextualizarlos dentro de la majestuosidad natural que los rodea, mientras que el uso de los múltiples narradores –algo que Malick comenzó a utilizar en The Thin Red Line- nos abre las puertas a sus preocupaciones y la manera como ellos ven este choque entre el Viejo y el Nuevo Mundo. Estas narraciones, grabadas en postproducción, obligan a los actores a recurrir más a su trabajo físico, a expresar emociones, más con gestos que con palabras.

Colin Farrell y Q’orianka Kilcher, como la pareja protagónica, capturan la ternura e intimidad de su relación ejemplarmente, pero resultan aún mejores por separado, cuando la guerra entre indígenas e ingleses rompe su romance, y se ven forzados a confrontar el peso de sus acciones en la soledad. Christian Bale aparece en la segunda mitad de la película para levantar los ánimos y guiar a Pocahontas a lo que para ella será un nuevo mundo, funcionando como reflejo de lo que fue para Smith el de ella.

La edición de The Criterion Collection contiene tres versiones de la película: el corte teatral, de 136 minutos; el corte original, de 150; y el corte extendido, de 172. Este último definitivamente es el mejor y más completo de los tres. Los minutos adicionales no solo ofrecen más espacio para que los personajes crezcan, sino que proveen más imágenes dentro de las cuales nos podemos perder sin sentir el paso del tiempo.

Los discos

Los tres cortes de The New World –cada uno con su propio disco dentro del set- gozan de una excelente presentación audiovisual, aunque el extendido fue el único que Malick y Lubezki supervisaron personalmente, y sí se puede notar una imagen más vibrante en él. En síntesis, el corte extendido luce perfecto. No hay nada más que decir, y lo mismo ocurre con el audio. La pista en inglés DTS-HD Master Audio 5.1 envuelve al espectador en los sonidos de la naturaleza y permite apreciar los diálogos –a veces, tan solo murmullos- con absoluta claridad.

El material suplementario está dividido a través de los tres discos e incluyen material tanto de archivo como nuevo en esta edición. El “making of” ya había aparecido en el Blu-ray original de New Line Cinema, al igual que el tráiler y el teaser de la película. Los extras exclusivos de Criterion son las nuevas entrevistas realizadas a los actores Colin Farrell y Q’orianka Kilcher, quien para mí gran sorpresa solo tenía 14 años cuando hizo el filme; otras hechas a la productora Sarah Green, el diseñador de producción Jack Fisk y la vestuarista Jacqueline West; y otra a los editores Hank Corwin, Saar Klein y Mark Yoshiwaka. Este último fue el único que trabajó junto a Malick en los tres cortes, y resulta fascinante escucharlo hablar sobre cómo fue ese proceso evolutivo cuando se enfrentó a la abrumadora cantidad de material que se había filmado –más de 1 millón de pies de celuloide- y comenzó a darle forma.