Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 17 años.
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Dice la famosa canción “With God On Our Side” del gran Bob Dylan: “Mi nombre no es nada, mi edad significa menos. Y la tierra donde vivo, tiene a Dios a su lado”. El director Oliver Stone la utiliza -muy astutamente- para concluir su película “W.”, basada en la vida del actual presidente estadounidense George W. Bush, que estrenó ayer en la Isla.
El tema de Dylan subraya con ironía el largometraje, ya que para George, su nombre ha sido precisamente la enorme sombra que lo ha perseguido durante toda su vida, a la vez que confirma su ferviente fe en que siempre ha tenido “a Dios a su lado”. Incluso, de acuerdo con el filme, Bush está seguro de que fue elegido por Él para llegar a la presidencia, comentario que suena tan gracioso como preocupante.
Si espera asistir al cine a escuchar algo inédito sobre Bush, le advierto que saldrá decepcionado. El libreto de Stanley Weiser no revela nada que no sea de conocimiento público, como el tumultuoso pasado del Presidente y sus problemas con el alcoholismo o las mentiras que proclamó al mundo para desatar una guerra contra Irak. Para bien o para mal, lo que ve es lo que hay.
Curiosamente Stone, conocido por su inclinación hacia la izquierda política, se mantiene sumamente neutral y reservado al contar la historia biográfica de uno de los líderes más polémicos de la historia de esa nación. Mientras este acercamiento es justo y apropiado, los simpatizantes del tradicional estilo del cineasta, con sus radicales ataques contra la ultraderecha estadounidense, se quedarán con el deseo de verlo desatar su furia.
Aún así, lo cierto es que Stone no tenía que esforzarse mucho para satirizar o criticar de alguna forma al Presidente. Basta con mostrar los hechos para hacer el daño. La cinta se traslada entre el 2002 -meses antes de la invasión de Bagdad- y la formación de Bush, desde sus años universitarios hasta alcanzar la gobernación del estado de Texas.
La película es mucho más interesante cuando se concentra en el pasado de Bush -interpretado magistralmente por el actor Josh Brolin (“No Country for Old Men”) específicamente cuando explora su relación con su padre, el ex presidente George H. W. Bush, encarnado por James Cromwell. Por el contrario, la escenas en la Casa Blanca con el gabinete del Presidente con los preparativos para la guerra, aunque muy bien actuadas, no aportan mucho a la trama y entorpecen el desarrollo del ascenso de Bush al poder.
A pesar de sus fallas, la verdadera razón para ver “W.” son sus actuaciones, que en su gran mayoría, son fenomenales. Entre éstas se encuentran las de Brolin –cuyo trabajo aquí debe ser considerado para el Oscar- Richard Dreyfuss como el vicepresidente Dick Cheney, Cromwell como Bush padre, Elizabeth Banks como Laura Bush y Jeffrey Wright como Colin Powell.
En el otro lado del espectro están Thandie Newton, cuya interpretación de Condoleezza Rice no es más que una mera caricatura e imitación de la actual secretaria de Estado, mientras que Toby Jones –como Kart Rove- y Scott Glenn –como Donald Rumsfeld- no logran destacarse en sus respectivos papeles.
Con “W.”, Oliver Stone quiso exponer la historia de George W. Bush tal como fue, pero al final no dice mucho. Más dijo Dylan en su estrofa final de la canción que –de cierta forma- parece encapsular el mensaje oculto del filme: “Y ahora mientras me voy, estoy muy cansado. La confusión que siento, no puedo expresar. Las palabras llenan mi cabeza y caen sobre el suelo. Y si Dios está en nuestro lado, Él detendrá la próxima guerra”.
With God on Our Side
letra por Bob Dylan
Oh my name it is nothin' Oh the history books tell it Oh the Spanish-American Oh the First World War, boys When the Second World War | I've learned to hate Russians But now we got weapons In a many dark hour So now as I'm leavin' Copyright ©1963; renewed 1991 Special Rider Music |