Luis Fonsi va a tener que ser selectivo en cuanto a cuáles entrevistas asiste y si permiten que él controle por lo menos temas que no aportan nada y lo que hacen es seguir en la noria. El cantante tiene información para dar a quien lo entreviste, pero parece que la gente o algunos entrevistadores están tan apantallados con Adamari López que parece ser que es el mejor tema para hablar con el creador de “Despacito”.

Yo no sé, pero creo que él está felizmente casado con Águeda Lopez y tiene dos hijos con ella, como para que vuelvan con el tema de su divorcio de la boricua. Lamentablemente o los entrevistadores no se preparan con otras preguntas o agarraron preguntas de hace por lo menos 8 años y vuelven a lo mismo. Creo que se pasan y ya basta.

Hay muchísimas cosas para presentarle, incluyendo su etapa como jurado de un reality, su participación en la película de Juan Luis Guerra, la venta de su catálogo de canciones. ¿Por qué lo hizo? ¿Fue un buen negocio? ¿Cómo maneja el estar en España por una temporada y los niños en Miami? En fin hay cosas más allá de su divorcio. Inclusive, qué opina del cambio de Daddy Yankee hacia la música cristiana. Pero no, se quedan en lo mismo, en lo mismo...

Hasta qué punto son los llamados periodistas amigos de Adamari los que siguen en dicha noria... Ummm.

Honestamente, después de leer el primer libro de Adamari -en el cual Luis Fonsi es casi, casi, el villano de telenovela turca- si ella dijo la verdad pues es poco lo que algunos le creerán al cantante. Pero solo hay que mirar con la honestidad que contesta para saber si dice la verdad.

Pero al igual que políticos que dicen que no hablan de su familia o cosas pasadas, de “noticias viejas”, así puede contestar Luis Fonsi antes de enojarse y pensar si esa persona se preparó para la entrevista o si lo que busca es morbo.

Por eso mismo hay artistas que no quieren saber de la prensa y eso por dos o tres que ni hacen su asignación y si la hacen se quedaron sin tema.

Se va Enrique

Contrario a su progenitor, Enrique Iglesias ha sido un padre presente en el crecimiento de sus hijos junto a la extenista Anna Kournikova. Desde que arrancó su carrera a fines de los 90 y lo trajeron a una superfiesta en el Hotel San Juan, ya sabíamos que detrás de él venía una gran propaganda y, por supuesto, un mercadeo increíble. Desde ese momento se separó de todo lo que fuera su padr¡e e inclusive se sentía incómodo con las comparaciones con Julio Iglesias.

El junte de su disquera Fonovisa y luego Universal Music con Televisa de México le dio la oportunidad de incluir algunas de sus canciones como temas de telenovelas, consiguiendo una difusión muy buena. ¡Ah! Y que en ese momento la gente compraba discos, lo que redundaba en más ventas para él. De hecho, las grabaciones junto a Juan Luis Guerra o el mismo Juan Gabriel (q.e.p.d.) fueron éxitos asegurados. Se dice que su fortuna supera los $100 millones.

Pero Enrique siempre ha sido bastante tranquilo y lo menos que lo ve usted es en fiestas después de sus conciertos. Desde que se convirtió en padre se volvió más hogareño y si no llega a ser por los temas de telenovelas, casi ni lo hubiésemos escuchado. Salió airoso de un lío que lo quisieron meter con su disquera respecto a la paga para tocar sus canciones. Un caso feo, pero demostraron que alguien fuera de su equipo de trabajo había tratado de dañar su imagen.

Enrique grabó en español e inglés, lo que le dio un giro distinto a su carrera, pues normalmente los baladistas latinos no grababan temas en inglés. Con ese empuje en inglés vendió millones de discos.

Pero parece que su papel de padre llena más su vida que las canciones y los escenarios. Ahora anuncia que le queda poco en el mundo del espectáculo y muestra su decepción con las canciones que están pegando y las llamadas letras basura que se escuchan.

Esa decepción de pasar de canciones bonitas al mismo sonsonete, pues ya usted sabe. Mientras más explícita la letra más se canta, increíble. Así que perdemos a uno de los buenos. Una pena.

Malas palabras a tutiplén

Cuando el grupo Morality In Media estaba activo verificando lo que se difundia por radio y televisión, las canciones con contenido explícito o llamado fuerte eran criticadas y se quejaban públicamente. La organización llegó a enviar cartas a la Comisión Federal de Comunicaciones para que eliminaran canciones de reguetón que estaban subidas de todo y hasta merengues que también eran picantes.

Mientras en República Dominicana quitaban tal o cual tema, aquí las radioemisoras los tocaban.

Ahora lo peor es que utilizan malas palabras como si nada y nadie se queja. Los otros días vi como un niño cantaba y la letra de la canción tenía por lo menos dos o tres malas palabras. Ah, pero después la escuché en la radio y usted sabe... ya nadie dice nada. Si en esa familia tenían valores, todo se va a… como dice la canción. Increíble. Pero solo podemos decir que mientras las radioemisoras permitan que sus talentos digan lo que sea y hagan lo que sea por rating, los valores de las nuevas generaciones serán peor que lo que cantan mis amigos Algarete. Hello, gracias.