Nuevamente se plantea públicamente si las personas que trabajan con los artistas son sus mejores asesores, los que lo quieren más y los ayudan o los que los meten en líos por tapar sus problemas.

Esto le atañe nuevamente a Alejandro Sanz, quien o vende su casa en Miami en las próximas semanas o tendrá que buscar $7 millones, mínimo, para pagar las exigencias de una empresa financiera a la cual le debe dinero y lo han demandado.

Resulta que el asesor financiero, Juan Cerva, quien tenía a cargo las cuentas de Alejandro, supuestamente hizo unos negocios que incluían cambio de hipoteca de la casa y mezcló las tres cuentas del cantante.

La casa de Miami es bella, en la misma tiene su estudio de grabación, un área con piano de cola divino, piscina, y la parte trasera colinda con un canal y allá está la lancha del artista. Pero volvemos, este señor aparentemente o se le olvidó o no hizo bien el cálculo y ahora aparece que supuestamente debe más de lo que pidió en el préstamo, pues se incluyen los atrasos, etc.

Dicen que la salida de su ahora exmanejadora, Rosa Lagarrigue, tuvo que ver con problemas con Juan Cerva. O sea, que después que gana un Grammy ahora le dañan la semana con este ple plé.

La realidad es que el artista se canta incrédulo a esto, pues confiaba plenamente en su amigo. Hello, Alejandro hay que mirar bien pues a la hora de dinero no todos son amigos y no todos son honestos. Y de eso yo si sé.

Ah, e igual que aquí hubo una compañía que tenía contratos dobles, uno era el previo, que le enseñaban al artista, y otro el que cobraban. Y de eso sabe mucho Victoria Sanabria, que lamentablemente cayó en ese truco. Hello, gracias.