Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 16 años.
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La ex jueza de apelaciones Zaida "Cucusa" Hernández deberá dedicar 17.85 horas semanales a cumplir con el jugoso contrato de servicios legales por $84,000 que le otorgó su ahijada, la presidenta cameral Jenniffer González.
El contrato fue otorgado el 16 de enero pasado y tiene vigencia hasta el 30 de junio, lo que se traduce en una duración de 23 semanas y media, a razón de $3,574 a la semana o $15,000 al mes.
Los números no son especulativos. Surgen de la información provista por la propia Hernández de que le está cobrando una tarifa de $200 por hora a su ahijada, una baratija si se toma en cuenta que ella dice que cobra $375 la hora a sus clientes privados, Tratándose de una recién jubilada jueza de apelaciones que también recibe $78 mil y pico anuales por su retiro, sería bueno conocer quiénes son esos clientes privados.
La señora Hernández reaccionó molesta por la discusión pública de sus ingresos, como si se tratara de fondos privados los que pagan su contrato cameral.
Molesta y con una arrogancia que sólo recuerda los días de Pedro Rosselló, quien como gobernador la nombró al Tribunal de Apelaciones después que perdió la alcaldía de San Juan frente a Sila M. Calderón.
Dice la señora Hernández en una entrevista de prensa que no hay nadie que pueda hacer el trabajo de asesor de la presidencia cameral que ella. Bueno, en un fugaz gesto de generosidad le da el beneficio de la duda al también ex presidente cameral José Ronaldo Jarabo, pero de inmediato recupera la pedantería al declarar que "obviamente" Jarabo no tiene su trayectoria profesional ni educativa, aunque "en conocimiento quizás".
Es obvio que siendo tan buena, y tan superior a los demás, y tan indispensable (¿cómo nadie se percató durante los 12 años que estuvo guardada en el Tribunal de Apelaciones?), seguro que la señora Hernández no tendrá objeción a que su ahijada cumpla con su obligación de mantener las cuentas claras y haga público cada informe de servicios facturados que ella le someta.
De hecho, todos los legisladores deberían hacer lo mismo con sus contratistas. Porque, como la mujer del César, no es suficiente ser honesto u honesta. También hay que parecerlo.
La autora es periodista. Fue editora jefa de noticias en Primera Hora. Además, laboró durante más de dos décadas como directora del buró de la agencia de noticias United Press International en San Juan.
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