Muy interesante el reclamo que hizo la capitana del Equipo Nacional de Baloncesto Femenino, Pamela Rosado, sobre la falta de fe que tuvo la propia Federación de Baloncesto de Puerto Rico sobre el papel que ellas iban a exponer en la AmeriCup en Argentina.

Reclamó Rosado que la Federación compró los pasajes de las jugadoras con boleto de retorno al cierre de la ronda de clasificación del torneo, es decir, casi cuatro días antes de la fecha en que podían jugar por una medalla o clasificación a su primer mundial, tal cual lo hicieron, esto basado en que haber comprado boletos hasta el final del torneo obligaba también al pago de hospedaje, alimentación y dietas por varios días en las que no hubieran jugado si se eliminaban en la ronda preliminar.

Rosado abundó que haber conocido que el viaje a Buenos Aires, Argentina, sería puramente competitivo y sin espacio de vacaciones, le motivó a dar el extra por hacer llegar a su equipo hasta el final. Incluso ella se encargó de hacerle conocer los detalles a sus compañeras y entre todas, se pusieron de acuerdo para hacer historia al lograr cargar con el bronce y la primera clasificación de un equipo boricua femenino adulto a una Copa del Mundo.

¡Pues qué bien que ellas supieron animarse para hacer quedar mal a la Federación y forzarla a tener que pagar los cambios de los boletos aéreos además de pagar los extras de hospedaje, comidas y dietas!

En tiempos de crisis y limitaciones económicas, la Federación hizo lo que considero era correcto hacer. Y las jugadoras hicieron lo que aún es mejor, el forzar la inversión que se buscó ahorrar porque ellas rindieron al máximo por cada centavo de la inversión.

Ojalá y así suceda en muchas cosas en nuestro País.