¡Gracias! Quiero agradecer de todo corazón las muestras de cariño y solidaridad expresadas por todos ustedes en los pasados días. A través de la avalancha de mensajes, logré encontrar acompañamiento tras la muerte de mi mamá.

Uno puede tener una idea del respeto y el cariño que sienten hacia mi persona, pero otra es verlo materializado por todas las vías de comunicación y redes sociales existentes. A mis colegas y amigos, ¡Gracias, también!

Expresado eso, quiero reflexionar un poco sobre algo liviano.

Les confieso que se me ha caído la quijada ante la monumental venta de funciones del llamado “Dúo de la Historia”, Wisin y Yandel. Trece funciones en el “Choliseo” no es poca cosa. Los precios son para bolsillos saludables, pues comienzan en unos números que le roncan la manigueta. Claro, también se encuentra el boleto de $25 sentado cerca de las bombillas del techo.

En una isla donde el pan nuestro de cada día es la queja constante por lo mala que está “la cosa”, no deja de sorprender sobre cómo aparece el billetito para acudir a conciertos y actividades.

El COVID-19 y Putin nos han regalado una superinflación. Los precios de los productos están prohibitivos y el de la gasolina está que pela a cualquiera, pero “Juan del Pueblo” no titubea a la hora de darse sus gustitos, aunque después esté “guallao” del bolsillo varias semanas o meses.

Me alegra por Wisin y Yandel. Son grandes profesionales, hombres de familia y alejados de escándalos. También por Paco López. No es un secreto que la industria del entretenimiento se comió un cable a nivel mundial ante la pandemia del coronavirus. En particular los productores, que no tenían nada que poner en cartelera, pues todo estaba cerrado.

Así que al abrirse las compuertas vemos un público ávido de salir y artistas deseosos de treparse a una tarima. En el tiempo que estuvieron “guardados”, muchos artistas acudieron a su genio creativo para componer, grabar y lanzar nuevos trabajos discográficos. Así que por ese lado, hubo algo de ganancia.

Ahora bien, lo que le añade sazón a mi sorpresa es la velocidad con la que se mueven las ventas. En menos de 24 horas, varios “sold out”. Las tarjetas botaban fuego y al otro lado se escuchaba el “cashin, cashin”. Increíble.

Wisin y Yandel no son los únicos. Otros han logrado “sold out” en presentaciones futuras en el Coliseo José Miguel Agrelot como es el caso de Juan Luis Guerra. Pero vamos, ¡Juan Luis vendió una! Estos cuarentones la pusieron en la China con 13 y sumando.

Por ahí se asoma la alegada despedida del llamado “Big Boss”, Daddy Yankee. Hasta estos días era el dueño y señor del llamado “récord de funciones” del “Choli”. Me huele que va querer pasarle el rolo a los chicos de Cayey. Así que la industria del entretenimiento viene con fuerza. Ojalá y la variante Ómicron y la dejadez por la tercera vacuna no dañen el ambiente.

Mientras tanto, felicidades a los artistas. A los productores y ¿por qué no?, a Paquito Parés también. El pequeño gigante de las finanzas gubernamentales, tiene preparada una gran bolsa para pasar el cepillo y recoger miles largos para sus arcas.

¡A la verdad que Puerto Rico no deja de ser genial!