“El Jefe” montó un boyete
“Debatir siempre es saludable, si se ejecuta con... honestidad intelectual que debe dirigirse a enriquecer”

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 2 años.
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Todos saben que soy un apasionado de la radio. No tan solo por trabajar en ella desde temprana edad y, por ende, mi primer trabajo profesional, sino que también disfruto de escucharla.
A través de la radio, usted se informa y se entera de debates interesantísimos. Uno de ellos llegó a mis oídos el pasado lunes. Escuchaba el programa “Las cosas como son”, que se emite por WKAQ y que modera el profesor Ángel Rosa. En esta ocasión, Ángel disfrutaba de un día y fue sustituido por el licenciado José Efraín Hernández.
Este lunes se conmemoraba la fecha del natalicio de Luis Muñoz Rivera y en el programa aprovecharon para hablar de la figura de uno de nuestros próceres. Como parte de la discusión entraron en el debate sobre el contenido de un libro que ha sacudido la sábana y ha buscado aportar datos, los cuales han servido para desmitificar esa figura.
El libro se llama “El Jefe”, de Nieve de los Ángeles Vázquez, una investigadora y profesora de la UPR y su recinto de Bayamón. Tiene unas 475 páginas y, además de la figura de Muñoz Rivera, se adentra en la trama del período de 1898 y todo lo que condujo al breve gobierno autonómico.
Como dije, el libro brinda una serie de zarpazos que no ha sido del agrado de algunos. Ello lo puedo entender, pero lo que me voló la cabeza fue el argumento del invitado de José Efraín en el programa de radio. El licenciado Martínez, su nombre no alcancé a escucharlo, fue presentado como un especialista en el tema de Muñoz Rivera. Sin embargo, se atrevió a decir que no había leído el libro como método de protesta, particularmente contra la autora de quien dijo no le reconoce méritos para tal trabajo.
A mí que me perdonen, pero me parece inconcebible que alguien que pueda ser identificado como especialista en algún tema rehúya leer y profundizar en cualquier trabajo que esté relacionado a su campo de experticia.
La historia tiene muchas vertientes. Es un gran rompecabezas que nunca termina, pues siempre aparecen pistas, datos y fuentes que pueden modificar o alterar lo que ya se pensaba.
Usted tal vez puede molestarle las conclusiones a las que puede llegar la autora. Ese es su derecho, pero, a la misma vez, es su responsabilidad leer, anotar las discrepancias, verificar las fuentes primarias utilizadas para llegar a las conclusiones e indagar aquellos datos o fuentes que le den a usted las herramientas para entonces validar o rechazar las conclusiones que se llegaron o las que usted sustenta.
En estos días, existe mucha animosidad con eso del revisionismo histórico, pero aquí no se trata de eso. Se trata de adentrarse en figuras, hurgando en nuevos lugares que aporten datos para complementar una historia. En algunas ocasiones, la historia puede estar contada relegando apuntes importantes. Es por ello que se dice que la historia se escribe con tonalidades grises, pues no se puede ser tajante al decir que es de un color en específico.
Debatir siempre es saludable, si se ejecuta con honestidad. Una honestidad intelectual que debe dirigirse a enriquecer. Lo que no hace bien es aferrarse solamente a lo que se conoce, como si fuera un dogma religioso escrito en las tablas de Moisés.
Al autonomismo no le ha ido bien. Pero las perretas no le ayudan ni en el campo electoral, ni en el intelectual. ¿Quieren defender sus figuras históricas? ¡Fenómeno! Pero háganlo con rigor y se empieza por lo básico. ¡Leer!
Egresado de la Escuela de Comunicación Pública de la Universidad de Puerto Rico y con una experiencia de 28 años en el campo del periodismo. Labora como reportero de NotiCentro y es el ancla de la Edición Estelar. Moderador del programa “Normando en la Mañana” de Noti Uno 630 y desde el 2011 columnista del periódico Primera Hora. Desde el 2013 produce y dirige el programa Ahí Está la Verdad por Wapa Televisión. Padre de seis hijos y orgulloso hijo del pueblo de Utuado.
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