El terremoto federal
“Lo ocurrido este fin de semana no es corrupción. No se trató de un tumbe premeditado. Es, desde mi punto de vista, negligencia crasa e incompetencia”

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
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En estos días el gobierno federal sometió más reglas y restricciones para el desembolso de los fondos, por motivo de la reconstrucción de la isla después del huracán María. El calendario está a punto de marcar dos años y medio y aún tenemos más de 8,000 millones de dólares en un limbo interminable, abonado por los prejuicios del norte y la incapacidad local. Una combinación letal que mantiene empantanada las esperanzas de miles de boricuas que se preguntan hasta cuándo durará esta agonía.
La gobernadora Wanda Vázquez sorteó este fin de semana una difícil situación, despidiendo varios jefes de agencia a quienes responsabilizó por el lío de unos almacenes que muchos conocían pero nadie sabía de su existencia. Una combinación contradictoria pero común en la definición de gobierno, donde lo obvio es secreto. El papelón no tan solo indignó a Juan del Pueblo sino que fue gasolina para alimentar los comentarios racistas, peyorativos y de refuerzo a la imagen de corrupción que vende el “trumpismo” en USA.
Sin embargo, lo ocurrido este fin de semana no es corrupción. No se trató de un tumbe premeditado. Es, desde mi punto de vista, negligencia crasa e incompetencia. Claro, alguno que otro puede pensar que esos elementos unidos pueden abrir la puerta para que ocurra lo primero, la corrupción. Al menos eso lo van a usar en nuestra contra, como inmediatamente lo hizo el Secretario Carson en un tuit. Pero, fríamente, no se trató de un acto corrupto.
La incapacidad de Carlos Acevedo se llevó de frente a varios de su colegas, incluyendo al de vivienda. De este último, la gobernadora llegó a decir ayer que su despido se fundamentó porque puso en riesgo los fondos federales. El argumento frunce el ceño, pues no se entró en detalles. De todos modos, se puede decir que Gil Enseñat tampoco fue figura que facilitara el desembolso de los fondos, pues los mismos no llegaron con la urgencia requerida.
Muchos argumentan que gozaba de respeto a nivel federal, pero ello no provocó que se aceleraran los fondos necesarios para la reconstrucción. Como dije, hace unas semanas lo que hicieron fue poner más restricciones.
Lo que sí se puede adjudicar al señor Gil Enseñat es que era un caballero honesto. Al menos, eso dio la impresión. En estos días, tal cualidad resalta y debería ser un adjetivo de todos los funcionarios públicos. No obstante, en estos tiempos la ciudadanía pone en duda todo.
Gil Enseñat le paró el caballito a Elías Sánchez, ese hombre que utilizó todas sus conexiones gubernamentales para hacer negocios en su beneficio y que llegó a cabildear en persona ciertos contratos. También alertó sobre la presencia de personas ajenas a los proceso de reconstrucción y que podían aprovecharse de datos sensitivos. Todo esto forma parte ya del pasado.
A lo mejor la Gobernadora dice la verdad o a lo mejor los secretarios de la Vivienda y Familia forman parte del operativo primarista, que tristemente empaña y confunde la gestión administrativa. Muchos confunden el instrumento para llegar al poder y convierten en iguales al gobierno y al partido.
Lo triste es que a este ritmo las ayudas federales se harán carne dentro de diez años más. Sería una tragedia y aquí todos operan como los jueyes dentro de la lata, saboteándose unos a otros sin que al final el pueblo cuente.
Egresado de la Escuela de Comunicación Pública de la Universidad de Puerto Rico y con una experiencia de 28 años en el campo del periodismo. Labora como reportero de NotiCentro y es el ancla de la Edición Estelar. Moderador del programa “Normando en la Mañana” de Noti Uno 630 y desde el 2011 columnista del periódico Primera Hora. Desde el 2013 produce y dirige el programa Ahí Está la Verdad por Wapa Televisión. Padre de seis hijos y orgulloso hijo del pueblo de Utuado.
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