Gracias a la radio por ser la voz del pueblo
¿Sabía usted que para el 2022 alcanzará los 100 años de existencia?

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
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Mayo es uno de esos meses con sabores distintos. Por un lado, alberga la fecha más hermosa que un ser humano pueda atesorar, el día en el que honramos a nuestra progenitora. También es el mes en el cual miles de estudiantes culminan sus sueños a nivel superior o graduado. Asimismo, a esta fecha se le suma otro evento de gran importancia: el Mes Nacional de la Radio. Pero, la pandemia por el COVID-19 ha trastocado estas festividades.
¿Sabía usted que para el 2022 la radio alcanzará los 100 años de existencia? Contrario a lo que pueda pensar, este medio de comunicación no está de capa caída. A pesar del desarrollo tecnológico, no ha podido ser desplazado. Es más, el Internet y las redes sociales han venido a dar una nueva dimensión. Los llamados podcast no son otra cosa que un formato radial de conversación, que utiliza alguna red social para ser difundido.
La radio también se ha insertado en todo este mundo virtual, llevando a un nuevo nivel su producto. Ahora al alcance de un click en su teléfono inteligente o tablet, se puede conectar con cualquier emisora radial del mundo. Sin embargo, no es de la dimensión digital que les quiero hablar.
Este amigo fiel, acompañante en nuestro automóvil a cualquier hora, es también voz fundamental en aquellas regiones o pueblos alejados de la zona metropolitana. La radio en estos lugares pasa a ser el aliado perfecto de los que tienen menos. Verdadera voz de los que carecen de herramientas digitales o el venerado internet.
Es en zonas vulnerables, donde la radio brinda una tarima distinta. Lejos del “ombliguismo” metropolitano, cuyo espectro radial es dominado por programas livianos dirigidos a combatir el estrés o también aumentarlo como en la banda AM, con analistas opinionados de todos los temas, en estas zonas lejanas se ofrecen programas distintos. No resultan tan llamativos como los metropolitanos, pero tienden a ser súper eficientes pues atienden lo local.
Usted encontrará lenguaje campechano con personajes singulares promoviendo o vendiendo cualquier producto. Escuchará también la conversación de ese problema comunitario, que puede ir desde una alcantarilla tapada hasta un poste podrido. Aquí Juan del Pueblo, le mete fuete al fondillo del alcalde que no da cara o de aquel político “jaiba”, quien prometió y luego silbó al viento haciéndose el loco.
Allí los problemas centrales que son seguidos por los medios nacionales poco importan. Es la carretera llena de hoyos o la basura desbordada, porque no pasan los camiones de recogido, el tema de interés. En muchas de sus frecuencias, aun se pasan notas luctuosas anunciando que murió “don fulano” o “doña fulana”. Aún se escuchan programas de música típica en vivo y las deportivas le dan gran relieve a la Doble A, pequeñas ligas o al baloncesto entre barrios.
Algunas hacen hasta alianzas para llevar programas especiales o hasta para conseguir la pauta comercial que les permita subsistir. Forman parte de nuestra realidad. Ignorados muchas veces por los que viven en la loza, vanagloriados de contar con medios más sofisticados porque le hablan de Trump o de las aventuras de Wanda Vázquez.
A ellos. A los que día a día se levantan para hacer una radio diferente, sencilla, pero de pueblo, van estas líneas de agradecimiento. Su servicio es vital para esas comunidades que a través del teléfono tiene su desahogo y reclamo de justicia. Esa radio pequeña y comunitaria sigue siendo pulmón importante para quien busca seguir respirando en un Puerto Rico complicado, en el que las prioridades están trastocadas.
De ahí vengo yo. Hace muchas lunas atrás, un muchacho flaco con bigotito salió de las montañas a perseguir un sueño. Desde la gran metrópoli de cemento se sienta con melancolía y recuerda las muchas noches qué pasó en una pequeña emisora de la Ciudad del Viví. ¡Qué viva la radio!
Egresado de la Escuela de Comunicación Pública de la Universidad de Puerto Rico y con una experiencia de 28 años en el campo del periodismo. Labora como reportero de NotiCentro y es el ancla de la Edición Estelar. Moderador del programa “Normando en la Mañana” de Noti Uno 630 y desde el 2011 columnista del periódico Primera Hora. Desde el 2013 produce y dirige el programa Ahí Está la Verdad por Wapa Televisión. Padre de seis hijos y orgulloso hijo del pueblo de Utuado.
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El veterano periodista analiza los temas calientes del quehacer noticioso del País.