En el argot deportivo, se utiliza el término pelotazo o bolazo, cuando un lanzador de béisbol pierde el control y golpea a su oponente. En esta ocasión, quiero utilizar el término para adjudicárselo a cinco instituciones o personas que, a mi juicio, han golpeado al ciudadano boricua.

Comenzamos con LUMA. ¡Wao, qué cantidad de dolores de cabeza nos ha dado esta entidad! Apagones, justificaciones descabelladas, relevos de carga, tarifas por las nubes y un plan desastroso de desganche. En fin, un pésimo servicio. Para colmo de males, se han pasado por los “Países Bajos” el pedido que hiciera el gobernador para que realizara cambios en su estructura administrativa. Allí permanecen todos: Stensby, Hurtado y demás burócratas dando excusas por el mal manejo de la entidad y burlándose del pueblo. Su actitud temeraria ha representado el principal bolazo a nuestra gente. Han tirado duro y pegado durante todo el 2022.

En segundo lugar, podemos colocar al COR3, el ente burocrático que está encargado de distribuir y adjudicar la obra permanente que se vino abajo tras María. A pesar de las comparecencias frecuentes de Manuel Laboy, no se ve la ejecución. Es más, él lo admite cuando habla en las entrevistas, que mucha de la obra grande está en diseño o en etapa de adjudicar subastas. Vamos, eso es importante, pero después de cinco años el ciudadano común quiere ver acción. No se trata de percepción. Indicadores económicos como la venta de cemento denuncia esto. El pasado lunes se reportó que las ventas de cemento cayeron en un 11.5% en noviembre. Estamos en caída desde junio de 2021, lo que quiere decir que el dinero de la reconstrucción NO está circulando.

El tercer bolazo viene del DTOP. Debo admitir que tenía mucha esperanza cuando se designó a la ingeniero Eileen Vélez Vega. Su resumé llamaba la atención, pero la ejecución del ente administrativo ha estado lenta. Las carreteras siguen en un estado precario y llenas de hoyos. Muchas de las vías siguen a oscuras y sin prisa porque se iluminen. El marbete electrónico no se materializó en este 2022, a pesar de que se anunció con bombos y platillos.

Para colmo, el 2022 será recordado como el año de la clavada de los $5 adicionales y los $21 en las tablillas nuevas para destinar fondos al proyecto fallido de la Ciudad Deportiva, ahora bajo la tutela de un nuevo embeleco que nadie entiende. Los grandes proyectos como la culminación de la PR-10 y otros, siguen empantanados y las quejas de los alcaldes llueven. Los peajes suben anualmente en un burdo asalto al bolsillo. El AutoExpreso es un dolor constante y por más que tratan, sigue dando pésimo servicio.

Un punto a favor es la aplicación CESCO digital que es una positiva, pero la creación de la misma es de PRITS y no necesariamente de la agencia.

El cuarto bolazo que recibió el pueblo viene del Senado. A mí se me cae la quijada al ver cómo de un cuatrienio a otro, vemos cómo una legislatura supera a la anterior. No para bien, sino para mal. En el Senado de José Luis Dalmau las cosas no caminan. Cierto es que allí no existe mayoría para ningún lado, lo que convierte en reto su dirección, pero el carácter afable de Dalmau tampoco ayuda. Allí los nombramientos no se mueven. Los proyectos internos no caminan y los de la Cámara se empantanan. Tampoco han servido de oposición al Gobierno y dejando a “Tatito” como la voz cantante en ese renglón. Una legislatura así resulta de poco provecho ciudadano. Veremos si enderezan en los dos años que restan.

El quinto bolazo viene del Departamento de la Familia. Lo que trascendió recientemente de las querellas sin atender, casos durmiendo el sueño de los justos y la falta de supervisión, así como de personal, demuestra cómo la burocracia sigue afectando a esa agencia. Vengo escuchando denuncias similares por más de una década. No importa quién sea la cabeza, da la impresión de que no se da ninguna mejoría.

Así que el 2023 se abre ante nosotros con la expectativa de aspirar a una mejoría en esos cinco renglones, porque Juan del Pueblo se lo merece.