La Navidad de este 2020 será celebrada de forma diferente a la que estamos acostumbrados. La pandemia del COVID-19 presenta niveles alarmantes de contagio y de muertes. Cada día se escuchan relatos de distintas actividades, en las que resultan infectados muchos de nuestros seres queridos. Esto no es un juego. ¡El contagio comunitario es real!

Por ello, debemos celebrar este Día de Acción de Gracias con la menor cantidad de personas posible. No estamos para grandes jolgorios. Si nos cuidamos y protegemos, tendremos tiempo para brincar, saltar y festejar. Por ahora, debe imperar la reflexión. Los pasados años han estado del mero. Hemos experimentado quiebra, huracanes, terremotos, la pandemia y hasta mal gobierno. Pareciera ser el resumen de décadas de vida, pero apenas sumamos cuatro años desde que todo comenzó a salir mal.

Claro, no debemos dejar todo en manos del gobierno. Nos toca a cada uno poner de nuestra parte. Muchos se sientan a esperar la ultima directriz gubernamental. Al fin y a la postre, es nuestra la responsabilidad de ejercer con prudencia nuestras libertades. Andamos como si nada ocurriera, para luego estar lamentándonos de las tragedias o contratiempos de los que conforman nuestro grupo cercano. Soy de la opinión que saldremos de esto, como lo hemos hecho antes. Debemos unir voluntades.

Los próximos años serán de reto, aunque de grandes oportunidades también. Un gobierno compartido tendrá la responsabilidad de canalizar las ayudas que próximamente se desembolsarán. Será un reto enorme revitalizar nuestra infraestructura. Un paso a la modernización de carreteras, puentes, edificios, facilidades deportivas y la más importante, nuestra red eléctrica.

Ese mismo gobierno tendrá la responsabilidad de distribuir con celeridad las vacunas que esparcirán la anhelada inmunidad, cual permitirá a su vez, el anhelado regreso a la normalidad. Nuestros ojos estarán puestos para que todo se logre con prontitud, justicia y libre de corrupción. Nuestra sociedad no aguanta más que los amigos del alma, los hijos talentosos o los “brother” de algún chat, se ganseen los fondos que deben impactar y beneficiar a nuestra gente.

Así que este día, vamos a conectarnos con esa fuerza mayor, la que usted crea. En mi caso Dios. En Él confío y pongo en sus manos que derrame salud para todos. Sosiego entre los hombres y mujeres. Que queden a un lado la violencia de género, la violencia criminal, la intolerancia política e impere el amor y el respeto.

Nuestra isla cuenta con seres humanos capaces, generosos y sensibles. Cómo dije, ¡sabemos levantarnos y ahora no será la excepción! ¡Un abrazo a todos y feliz inicio de la Navidad!