En esta ocasión no les vengo a hablar de los asuntos políticos o sociales de nuestra Isla, si no para compartir una inquietud. A lo mejor me estoy tornando viejo y algunas cosas que antes pasaba por alto ahora molestan un poco. A lo mejor encuentro que usted coincide conmigo y no es ninguna manía.

Desde hace unos años, se ha impuesto una moda, una muletilla insertada en la jerga del habla juvenil. Reconozco que cada generación carga con algún “distintivo” que impacta no solo la forma de vestir sino la forma en que se habla. Algunos de estos distintivos se consideran buenos, otros malos. Todo va a depender del juicio emitido que permite la distancia del tiempo.

Me refiero a una palabrita molestosa, recalco, por lo menos para mí. Esa palabra es “mera”. Es utilizada en el habla común de nuestros jóvenes y es casi una presentación. No bien se acercan a cualquier persona para decirle algo, sueltan el “mera”.

Es su tarjeta de presentación. Luego de usarla, te sueltan lo que querían decir. Muy bien se pudieron ahorrar la muletilla e ir directo a su pedido, expresión, pregunta o lo que sea. Pero no lo hacen.

Si la palabra la utilizaran con energía, pues menos mal, pero no, la arrastran. La tiran en baja. En un tono bajito. Entonces lo que sale es un “meraaaaaaaa”. Es ahí cuando más me revienta.

Suena a que están desganados, sin ánimo alguno. Como si hubiesen trabajado todo el día bajo el sol y en ayuna. Si solo la usaran una vez, sería tolerable, pero la usan en cada espacio que pueden.

A lo mejor es un “legado” de los intérpretes del género urbano, a quienes con frecuencia los he escuchado utilizando la palabrita. Si ellos son la fuente de origen, mal legado nos dejan.

También he escuchado a varios de estos intérpretes que la usan de antesala para su ya famoso “en veLdad, veLdá” del cual abusan en sus alocuciones en vivo o actos pregrabados. Sé que muchos infartan con lo sonoro que suena la L sustituyendo la R.

No soy perito del idioma. Tampoco pretendo juzgarlos. No quiero decir que esta generación no ha hecho buenas aportaciones a nuestra sociedad. Seguro que encontraremos cosas buenas, pero, ¿qué tal si empezamos ya a enterrar la palabrita o sustituirla por el “mira”, que muchos hemos utilizado y seguiremos utilizando?

Por lo menos el “mira” es utilizado de forma más enérgica que el “meraaaaaa” enyemao que muchos se han empeñado en utilizar. Nada, como dije, esto es un desahogo, nada más.