El Movimiento Victoria Ciudadana fue una de las sorpresas del proceso electoral del 2020. No tan solo llevaron al Capitolio a cuatro legisladores por acumulación, dos en cada cámara, sino que estuvieron a punto de ganar la alcaldía de San Juan.Lo hicieron con un junte interesante. Bajo su insignia se fundió el viejo Partido del Pueblo Trabajador, seguidores del Partido Popular, los seguidores de la aspirante independiente Alexandra Lúgaro y un puñado de estadistas.Fueron subestimados. Nadie les daba oportunidad en el proceso y finalizaron sumando poco más de 179 mil votos. Ciertamente, sus directivos “se comieron la calle”.Supieron proyectarse como oposición y capturaron el voto joven. En el proceso, le dieron un rudo golpe al Partido Popular Democrático (PPD), prácticamente, al enamorar el llamado voto liberal que cortejaban los populares y cuales podrían “evitar” que el Partido Nuevo Progresista ganara elecciones.Hasta ahí comparto los datos que ya conocemos.

Victoria Ciudadana ahora camina a otra dimensión. Tiene el reto de que su candidata más taquillera, la Sra. Lúgaro, no estará en la papeleta. Tampoco conocemos si tendrá algún rol proselitista promoviendo el voto a esa colectividad, a pesar de no figurar como aspirante.Este dato es súper importante. Por dos elecciones, Alexandra demostró que no tan solo tiene juego de piernas para pelear de tú a tú con los líderes de los otros partidos, sino que tiene un grupo electoral leal a su figura.¿Esos electores, son Lugaristas o son parte de Victoria Ciudadana? ¿Seguirán votando por esa colectividad a pesar de su ausencia? Dos preguntas que quedan en el tintero de cara al futuro. Su liderato apuesta a que ocurrirá lo segundo. Ante esto, miran a su vecino más cercano: el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP). Esa colectividad llegó a números comparables a los años de su fundación, cuando contaban con dirigentes carismáticos y ex populares.Promueven una alianza que aún no han explicado en detalle, luego de recibir el portazo de los tribunales, que no podía más que validar lo que ya está escrito en la actual ley electoral. De manera astuta, dirigentes penepés y populares olfatearon que sus colectividades ya empezaban a declinar. Ante ello, enmendaron la ley y prohibieron las alianzas entre partidos.

Ahora solo queda la posibilidad de fusionarse y convertirse en un nuevo partido, cosa que difícilmente aceptará el PIP. La segunda alternativa es proponer “candidaturas de agua” en algunas posiciones. Al parecer, apostarán por lo segundo. Cruzarán apoyo en la candidatura a gobernador con Juan Dalmau y con Manuel Natal en San Juan.Este junte tendrá que sacudirse varios “demonios” de encima. El primero es el estigma de que se conforma un frente “independentista- socialista”. El miedo siempre ha funcionado en nuestras elecciones. Victoria Ciudadana navegó con mucha delicadeza estas aguas, pero será un gran reto repetir esa hazaña. Esto, si dan un espaldarazo al candidato del partido de la independencia.Igual pasaría con un discurso anticapitalista.

En esta elección ya se inscribió un comité de acción política o PAC del sector industrial. El Contralor Electoral me reveló que para el martes, 17 de abril, ya contaban en sus arcas con unos $2.3 millones y sumando.Ciertamente, usted no quiere esos cañones encima de usted. Así que el mensaje sí importa.Aunque ganar siempre es la meta, Victoria Ciudadana o el junte, debe buscar consolidarse como una fuerza fija y no algo pasajero. Desplazar al PPD como movimiento de opción para gobernar y ser el contraste de extremos conservadores. Debe aspirar a ser un centro izquierda, sin moverse al otro extremo.Como dije, muchos retos ante un futuro que tendrán que construir. Por ahora, todo parece una moneda al aire.