También hay aviso de tormenta ciudadana
Nosotros en nuestro entorno debemos seguir hablando a jóvenes y niños de los valores correctos.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 5 años.
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Puerto Rico duele...
Cuando escribo estas líneas, la Isla está en medio de un aviso de tormenta tropical. El 2020 ha sido tan complicado que hasta las tormentas llegan más temprano. A pesar de estar en temporada, sabemos que entre agosto y septiembre es cuando hemos enfrentado los peores sistemas. Sin embargo, el aviso llega cuando Puerto Rico está sufriendo una tormenta en cuanto a moralidad se refiere. En días pasados, dos candidatos a la gobernación han estado bajo fuego por falta de honestidad. Una está en medio de una pugna con el Panel del Fiscal Especial Independiente y al otro le imputan un serio conflicto al empujar legislación para modificar la Autoridad de Energía Eléctrica al tiempo que era bonista.
De igual forma, dos legisladores recibieron la visita de los Federales, que entre otras cosas se llevaron sus respectivos teléfonos móviles mientras las especulaciones apuntan a irregularidades con empleados. El fango llegó hasta Cataño, manchando al alcalde de la ciudad y a su señora esposa.
Tristemente, la ciudadanía ya está acostumbrada a que la clase política le falle al pueblo. Llevamos décadas patinando en lo mismo. Simplemente, no aprenden y repetimos la obra, pero con personajes distintos. Luego nos espantamos cuando desde el norte nos catalogan de corruptos. Es una tragedia.
Como si fuera poco, no bastó con el ultraje de retina de nuestra clase política, cuando se desnuda un esquema de fraude al programa de desempleo y el incentivo conocido como PUA, que entró en vigor tras la pandemia del COVID-19. El mismo implica a un grupo de estudiantes y algunos padres de un colegio de buena fama de la zona metropolitana. Hablamos de chamacos, aparentemente recién graduados, que aprovechando sus vacaciones de verano se confabularon para montar un esquema en el cual solicitaron con éxito el incentivo. Lo más doloroso es que muchos ciudadanos serios han pasado la “seca, la meca y la tuntuneca” para poder acceder al sistema de asistencia al desempleo.
Es triste que estos jóvenes apuesten a no ser honrados. Que apuesten al truco. Que puedan pensar que todo se vale para conseguir dinero. Estos jóvenes de seguro vienen de familias que les pueden procurar una buena educación. Es posible que tengan en el futuro una buena profesión. Ante esto, pregunto, ¿qué tipo de profesionales serán? ¿Unos susceptibles a la corrupción? ¿Se la jugarán para hacer chanchullos?
El relato de este esquema, explicado por los directivos de la división de robos a bancos a través de los medios, es otra bofetada de realidad que apunta a que la gansería es la orden del día. Muchos ciudadanos buscarán la forma de justificar estas actitudes o, peor aún, pasarles la mano. Son esos los que acuden a las urnas y no le hacen el favor a nuestro país de limpiar la casa. Se casan una y otra vez con los políticos deshonrados y poco talentosos.
Por ello, debe ser un deber ministerial del secretario del Trabajo proveer toda la información que permita esclarecer este asunto. Se debe profundizar sobre si hubo participación de funcionarios del propio departamento, que facilitaran el acceso o la aprobación del incentivo. Se debe aclarar si en efecto algún adulto del núcleo familiar de los señalados, colaboró. Si el asunto se despacha livianamente le estaremos haciendo un flaco servicio a Puerto Rico.
Por algún lado debemos empezar. Tenemos que romper con esta hermandad del tumbe. Qué el FBI se encargue de los políticos. Que la policía le meta mano a estos jóvenes con la severidad que el momento requiere. Si fueran estudiantes de escuela pública, veríamos a una buena cantidad de personas paseando sus prejuicios en las redes sociales. Así que, debemos ponernos los pantalones largos.
Nosotros en nuestro entorno debemos seguir hablando a jóvenes y niños de los valores correctos. La corrupción, la gansería, el truco, jamás deben formar parte de nuestro código moral.
Como ven, estamos bajo aviso de tormenta. No tan solo a nivel del clima, sino del ciudadano también.
Egresado de la Escuela de Comunicación Pública de la Universidad de Puerto Rico y con una experiencia de 28 años en el campo del periodismo. Labora como reportero de NotiCentro y es el ancla de la Edición Estelar. Moderador del programa “Normando en la Mañana” de Noti Uno 630 y desde el 2011 columnista del periódico Primera Hora. Desde el 2013 produce y dirige el programa Ahí Está la Verdad por Wapa Televisión. Padre de seis hijos y orgulloso hijo del pueblo de Utuado.
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