Puerto Rico es una isla hermosa, llena de contradicciones. El boricua es alegre, determinado e Intelectualmente capaz. Cuando queremos, nos guillamos de grandes y pocos se nos paran al lado. Tenemos figuras emblemáticas en la música, el arte, los deportes, en el campo científico, médico y en muchos otros.

Siendo tan capaces, resulta incomprensible analizar cómo en diversas áreas se nos hace tan difícil llegar a un consenso. Tal vez porque los asuntos ideológicos nos colocan una grave camisa de fuerza que impide unir voluntades.

El mejor ejemplo parecería ser una estupidez, si lo mira algún amigo extranjero que desconozca el reto que representan las trincheras ideológicas en la isla.

Tras la celebración del 25 de julio, aniversario del llamado Estado Libre Asociado y en la antesala del día del prócer estadista José Celso Barbosa, el compañero Felipe Gómez Martínez revisitó un viejo dilema. El color azul de nuestra bandera.

En nuestra isla, el azul de la bandera se sortea en tres tonalidades, sin que se logre una uniformidad. Aquí tenemos banderas con el llamado “navy blue”, similar a la de los Estados Unidos. La tenemos color celeste y la otra, azul royal.

Siempre se ha comentado que nuestra bandera se inspiró en la de Cuba y se le atribuye a don Antonio Vélez Alvarado, en el 1891. Otros le atribuyen la idea al arecibeño Pachín Marín, quien muriera en las guerras de la independencia cubana.

Lo cierto es que aunque se inspiró en hacer una versión con los colores invertidos de la cubana, el azul que se utilizó fue el celeste. Ello, en homenaje a la bandera de Lares que sirvió de primer emblema nacional, en los actos del grito de Lares.

Los sectores simpatizantes con la independencia siempre han defendido ese color como el oficial, pero ha sido rechazado por los que no creen en ese ideal.

Cuando Luis Muñoz Marín creó el ELA, oficializa la bandera. Fue muy puntual en su discurso, señalando que sería la de todo el pueblo. De esta manera, le arrebató el emblema patrio al Partido Nacionalista, cual la utilizó como la bandera que los identificaba en el plano político.

Cuando se hizo una orden de banderas a los Estados Unidos para las festividades del ‘52, en el lugar que las elaboraba no tenía la tonalidad celeste y optaron por replicar el color “navy blue” de la continental. De esta forma, llegaron esas banderas a Puerto Rico. El ELA promulgaba una igualdad ante la nación americana, así que a muchos les sonó razonable que se parecieran en su color.

Así estuvimos décadas. Luego llegó el color royal, que fue adoptado paulatinamente por las autoridades del Partido Popular. En la celebración del ELA en la zona del Capitolio, donde se fue efectuó en este 2022, las banderas tenían esa tonalidad.

Así que si usted visita un municipio PNP, es muy probable que el azul utilizado sea el “navy blue”. Si llega a un pueblo popular de centro o centro derecha, verá una azul royal. Si el alcalde es soberanista, como en Comerío, el color será azul celeste. Los del PIP y otros sectores usan el celeste también.

En fin, una bandera, tres variantes. Cómo dije, algo difícil de explicar y que alguien de afuera nos entienda. Así de complejos podemos ser dentro de todas las capacidades que nos bendicen.

Y usted, ¿qué opina?