Se acabó la sesión legislativa, la segunda del año y que conforma a su vez, el primer año de este cuatrienio. No se dio nada excitante, aunque algunas medidas sí son dignas de aplaudir. Entre estas, la del salario mínimo que eleva la paga de ciertos sectores que se quedaron atrapados por la inflación.

El aumento figuró un paso necesario en anticipo a lo que ocurrirá en algún momento a nivel federal. La controversia nunca está ausente en nuestra Casa de las Leyes y quedó demostrado con la llamada reforma laboral. Legislación que no dejó satisfecho a nadie, pero es mejor que lo que se aprobó en el pasado cuatrienio. La reforma aprobada por el Dr. Rosselló no creó los empleos prometidos. Claro, no faltará quien diga que los elementos externos de tormentas, terremotos y pandemia fueron disuasivos para que la ley tuviera el efecto perseguido. Así que tiene dos caras para un debate.

Existen proyectos que ameritan un trabajo sobrio y profundo, como el de una verdadera reforma universitaria que le devuelva el brillo a nuestro sistema público de enseñanza. Sin embargo, el lograrlo parece ser una quimera. Encontrar un punto medio entre ambos sectores, el que se cobija en el PPD- PNP y los integrantes de los otros partidos, es sucio difícil. Pero vuelvo e insisto, es un buen ejercicio para seguir trabajando en la dirección correcta.

El primer año podría resumirse, a fin de cuentas, en uno de ni fu, ni fa. Procrastinaron en muchos temas. Las confirmaciones, por ejemplo. No creo en mucho regodeo. Usted tiene los méritos o no los tiene. Si cumple, confirme. Si no cumple, cuélguelo sin contemplaciones. De ello se trata el poder repartido en tres ramas de gobierno.

Es muy difícil de entender cómo nombramientos realizados antes de este año 2021 se pasearon todos estos meses sin atenderse. Una cosa es tener deferencia con el gobernador y otra es esa práctica que demuestra poca eficiencia administrativa.

Entre las luces de este primer año legislativo, el cual terminó este martes, podemos destacar de manera positiva la tenacidad del representante Luis Raúl Torres con el tema de LUMA. Es meritorio establecer un proceso de fiscalización de todo lo aprobado a través de las Alianzas Público Privadas. Aquí se da por sentado un contrato y a Dios que reparta suerte. No, no debe ser así. Es por eso que la gestión del representante Torres tiene su importancia.

Es meritorio indagar sobre cómo están funcionando, así como ver su hoja administrativa. De esta forma, un aplauso al representante. Lo mismo debe ocurrir con el aeropuerto y Aerostar, el Expreso 22, las lanchas de Vieques y Culebra, etc. Es imperativo que velemos por el buen uso del dinero.

Igual debe ser el rol de esa Asamblea Legislativa para velar los millones y millones que se anuncian que vienen y no se acaban de ver. El 2022 debe ser un año de ejecución, porque ya cansa que aquí no se mueve una hoja. Son muchos los que esperan poder ver ese dinero en mejorías a la infraestructura vial y en distintas utilidades.

Nada, queda mucho camino por recorrer y ojalá que el 2022 sea mejor a nivel gubernamental, al igual que en la Legislatura. ¡A trabajar muchachos!