Si le dices a una mujer que no es capaz de lograr lo que tiene pensado, entonces más fácil se le hará demostrar que es capaz de hacer lo que le dé la gana. Prueba de esto fue el concierto de Gisselle, celebrado el pasado sábado, 30 de septiembre en el Coca Cola Music Hall. “Entre tacas y canciones”, transcurrió la noche, en la que las mujeres fueron las protagonistas.

Gisselle estuvo acompañada por una orquesta de mujeres y un cuerpo de baile completamente femenino. En uno de los apartes con el público, esta artista virtuosa contó que no muchos creyeron en su propuesta, pero persistió y funcionó.

Mientras disfrutaba del concierto, pensaba en todo lo que las mujeres somos capaces de hacer. Por mi mente pasó Jenniffer González y la lluvia de críticas que ha recibido al retar a Pedro Pierluisi, por el simple hecho de ser mujer y estar embarazada. También pensé en todas las mujeres a las que le han apagado la vida injustamente. Y pienso, ¡qué mucho camino nos queda por recorrer!

He escucho a más de una persona decir que el camino de la política, por ejemplo, no es un camino diseñado para mujeres. Incluso, hacen alusión al trabajo que han hecho las dos gobernadoras que ha tenido nuestro país. Asocian el desastre político a la mano femenina, pero es un hecho que son los hombres quienes han ocupado la mayor cantidad de puestos políticos en la historia de nuestro país. ¿Por qué hay que tirarle a la comisionada con la carta de que es mujer? Porque está rompiendo con la tradición de su partido. Un partido en donde el machismo es la orden del día.

Comentaba con mi hermana que Gisselle es una artista adelantada a su época. En el momento en que su carrera estaba en todo su apogeo en los años 90, su propuesta artística transgredió toda norma posible. Llegamos a esta conclusión porque no era común ver a una mujer celebrando la infidelidad, utilizando vestuario altamente provocativo y hasta -en un momento dado- con el cabello corto. A esto se le sumaba toda la coreografía que solidificaba su propuesta. Y lo mejor aún es que tanto mujeres y hombres cantaban a rabiar sus canciones, al punto de convertirse en himnos que han pasado de generación a generación como es el caso de: “y después yo quiero que me des mucho cariñito, que me eche la comida en la boquita, y después que me la eche, que me mueva la quijá”.

Me dio gusto el sábado ver cómo Gisselle demostró que es una artista virtuosa. Uno de los momentos más sublimes fue cuando se fue en un toma y dame con Yolandita Monge, demostrando lo capaz que es de llegar al registro vocal que se proponga. Sorprendió a todos cuando tocó el piano. Y, por supuesto, dejó a la audiencia boquiabierta con todas las coreografías en donde demostró sus habilidades para el baile. Sin duda alguna, Gisselle es una de nuestras artistas más completas. Es ejemplo de disciplina, rigurosidad, entrega, pasión, amor y compromiso por lo que hace.

Leía recientemente en un artículo que: “El boom feminista ha motivado el empoderamiento femenino de la mujer tanto en su vida personal como en ámbitos sociales, políticos, culturales e incluso económicos, incentivando así su crecimiento y motivando la creación de emprendimientos, el fortalecimiento de negocios y su participación activa en la sociedad”. Creo que debemos hacernos eco de este pensamiento, para así, a través de la educación y de la conciencia social, acabar con el pensamiento machista y ser como Gisselle, demostrando de lo que somos capaces las mujeres.