No siempre tenemos que estar de acuerdo con lo que hacen y piensan nuestros amigos. Ahí radica la magia de la amistad. Diferir, palabra que muchas veces nos cuesta trabajo digerir, es una de esas cosas con la que tenemos que hacer las paces. Queremos todo el tiempo tratar de complacer a los demás, pero y ¿qué pasa cuando pensamos diferente? Vienen los conflictos.

Tener amigos supone puntos de coincidencia y puntos de discrepancia. Y eso está bien. Lo más importante es respetar al otro.

He visto cómo amistades luego de muchos años se rompen por, simplemente, pensar diferente. ¿Esa amistad era verdadera? ¿Puede el orgullo más que cualquier otra cosa? Me gustaría pensar que no.

No siempre estoy de acuerdo con mis amigos, pero respeto cómo piensan. No siempre ellos están de acuerdo con las decisiones que tomo, pero me las respetan. Por supuesto, no falla el decir: “te lo dije”, no es mal intencionado sino como prueba de que, en algún momento, se había mencionado.

A lo que voy es que tenemos que respetar la amistad. Tenemos que valorarla. No es que pienses igual a ellos, es que simplemente les respetes.

En la amistad, al igual que en las relaciones de pareja, hay altas y bajas y, por supuesto, hay que aprender a bregar con eso. Cuando difieras, no salgas corriendo, no huyas, simplemente, conversa.

Este pasado fin de semana estrenó la pieza teatral “Al borde de”, de Peter Quilter, bajo la dirección de Yamaris Latorre, realizada por Producciones Girasol. La misma es protagonizada por Jorge Castro, Carlos Vega y Jasond Calderón. Esta obra teatral es una oda a la amistad. A través de la historia vemos cómo estos amigos de toda la vida coinciden para despedir en una montaña a otro de sus mejores amigos, quien falleció. Es un texto con el que todos nos podemos identificar, pues en algún momento hemos tenido que despedir a algún buen amigo.

Todos podemos identificarnos con cada uno de los personajes, ya que son reflejo de la vida misma.

Si eres de esas personas que valora la amistad, te invito a que te des la oportunidad de ver la puesta en escena, la cual estará el próximo viernes y domingo en la Sala Experimental del Centro de Bellas Artes de Santurce.

Ver la obra me llevó a reflexionar sobre cómo valoramos a nuestros amigos y qué debemos hacer para celebrarles en vida.

La vida es tan efímera que cada minuto cuenta, así que te invito a que hagas todo aquello que aún no hayas hecho. Ten la conversación que no has tenido con tus amigos y déjales saber cuánto te importan. En ocasiones, en el ajoro de la rutina diaria, no sacamos espacios para coincidir con nuestras amistades y es momento de hacerlo.

Soy afortunada de poder contar con los amigos que tengo. Con ellos he tenido altas y bajas, pero siempre han estado. Estamos en las buenas y en las malas, en los triunfos y en los fracasos. Sus alegrías son las mías y sus éxitos son los míos.

Hay amigos con los que no hablo todos los días, o viven a millas de distancia, pero sé que están ahí y cuento con ellos. Hoy y siempre les celebro. Qué suerte tengo de tenerlos. Te invito a que, si tienes alguna diferencia con alguna de tus amistades, converses con ellos y resuélvelo. La vida es muy corta como para estar enemistado con alguien con quien en algún momento compartiste y guardas muchos secretos y complicidades. Llama a ese amigo que extrañas y déjale saber cuánto le aprecias, te sentirás mejor.