Nino Correa es de esos puertorriqueños que ponen el nombre de nuestro país en alto.

La semana pasada circuló por todos los medios de comunicación que el presidente de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Dr. Luis A. Ferrao, anunció que la Junta de Gobierno de la UPR aprobó su recomendación para concederle al comisionado del Negociado para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres, Nino Correa Filomeno, un doctorado honoris causa en Ciencias Sociales por su excelente y encomiable aportación a la sociedad puertorriqueña y modelo a seguir como uno de los principales rescatistas en la Isla.

Correa es ejemplo de lo que un buen ciudadano es, pero también de cómo somos los boricuas. Es de conocimiento popular que cada vez que tenemos que unirnos para sacar la cara por nuestro país lo hacemos y Correa lo hace todo el tiempo por nosotros.

Muchas de las tantas veces en las que nuestro país ha pasado por una situación delicada, el rostro que nos ha calmado es el de Nino Correa. Ejemplificando lo que es ser un buen prójimo, con temple, entereza, compromiso social, amor a su profesión y a su gente, nos ha permitido superar las adversidades de las que hemos sido víctimas. Podríamos decir que en su rostro se manifiesta la gracia de Dios.

Cuando han querido ningunear la gesta de Correa, ahí es cuando más él se crece. Desde hace algún tiempo se he desarrollado un debate entre muchos sobre si Nino posee o no las competencias para ser nombrado en el puesto de comisionado del Negociado para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres, ya que no cuenta con grados universitarios requeridos. En lugar de que esto lo detenga, ha servido de trampolín para que pueda terminar su bachillerato y maestría. Y así, una vez más, nos demuestra que lo que para muchos podría ser una tempestad, él lo traduce en calma y estímulo de superación, por lo que una vez más se crece ante los ojos de los puertorriqueños.

Soy fiel creyente de que a la gente buena le pasan cosas buenas, y por esto la vida se ha encargado de validar la gesta de Nino a nivel nacional, al serle conferido el doctorado honoris causa. Como era de esperarse hay algunas personas que han manifestado que no ven bien este reconocimiento, y posiblemente ha de ser porque desconocen lo que significa un doctorado honoris causa, título que ha sido conferido a otros puertorriqueños, como es el caso de Draco Rosa, monseñor Wilfredo “Willie” Peña, Raymond Arrieta, Myrna Casas, Jorge Rivera Nieves, Dean Zayas, Lin-Manuel Miranda y Víctor Manuelle, entre otros.

¿Qué es un doctorado Honoris Causa? Un título que otorgan las universidades e instituciones académicas a aquellas personas que gozan de excepcionales y extraordinarios méritos académicos, científicos o personales.

“Un doctor honoris causa, por lo tanto, es un individuo al que una universidad ha distinguido por sus logros”. Los requisitos para recibir una distinción de este tipo son las siguientes: reconocida capacidad y honorabilidad, contar con un mínimo de diez años de labor profesional, reconocimiento local, nacional e internacional, que haya sobresalido por sus aportaciones a la sociedad, destacada trayectoria académica o de investigación artística, entre otras.

Definitivamente, y sin duda alguna, Nino cuenta con la mayoría de estas características y es por esto que le han sido otorgado dos doctorados honoris causa.

En lugar de estar buscando la quinta pata al gato, celebremos a un ciudadano puertorriqueño que ha dejado su vida en pro del servicio público. En lugar de criticarle, emulemos (imitemos) su don de gentes, compromiso ciudadano, espíritu colectivo, espiritualidad y amor patrio. Si hay alguien que merece ser condecorado de todas las maneras posibles es Nino Correa, un héroe boricua, ejemplo para nuestra sociedad.

Enhorabuena DOCTOR NINO CORREA, porque usted se ha graduado de la universidad de la vida y de esa no se gradúa todo el mundo. Mi respeto, admiración, gratitud y cariño.