Llevamos días con el corazón pintado de rubio; horas que lo que respiramos es sentido patrio y nuestro orgullo boricua se hace sentir en Puerto Rico y el mundo.

Una vez más, el Team Rubio ha unido a nuestro país. Este furor colectivo es parte de nuestra identidad puertorriqueña. Gústele a quien le guste, la identidad se define como un conjunto de características propias de una persona o un grupo, y que permiten distinguirlos del resto. Hay distintos tipos de identidad entre los que podemos mencionar y que se relacionan con el Team Rubio, que son la identidad nacional y la identidad cultural.

Imagino que aquellos a quienes les asusta la palabra “nación” pegarán el grito en el cielo, pero debo decirles que la afición que sentimos los puertorriqueños hacia nuestro equipo de pelota, es parte de nuestra identidad nacional. Definamos el concepto de identidad nacional como: “sentimiento identitario a nivel individual o colectivo basado en la pertenencia a un estado o nación que pueden llegar a abarcar distintos aspectos, como la cultura y la lengua”.

El Team Rubio es símbolo de nuestra identidad nacional, pues nos otorga un sentido colectivo de pertenencia. La identidad cultural también se hace palpable en el Clásico Mundial mediante el símbolo de la bandera puertorriqueña.

Se entiende por identidad cultural como “las características propias de la cultura de un grupo que permiten a los individuos identificarse como miembros de un grupo y también diferenciarse del resto. Está compuesta por múltiples elementos como las tradiciones, los valores y las creencias características de una determinada cultura”.

Prueba de nuestra identidad cultural, más allá de la monoestrellada ondeando en el parque, es la imagen de cientos de panderos musicalizando cada una de las entradas de los juegos, las camisetas y gorras de PR.

Este fin de semana, el que más o el que menos portaba una camisa, una gorra, una bandera, o algún otro símbolo que le identificara como puertorriqueño. Muchos boricuas viajaron a Miami a ser testigos de cómo la fuerza del Team Rubio conquistaba el Clásico con la victoria ante Nicaragua. Con Venezuela no corrimos la misma suerte, pero cuando todo parecía perdido, los nuestros echaron el resto y los pusimos a temblar.

A pesar de que, como he mencionado antes, es muy poco lo que conozco sobre deportes, cada vez más me interesa entender los juegos. Creo que una vez finalice el Clásico estaré hecha una experta (jajajaja).

Debo confesarles que el domingo, durante el juego contra Venezuela, pasé por todas las emociones posibles: nervios, miedo, tristeza, ansiedad, esperanza y resignación. Admito que en la sexta entrada me senté en el borde del sofá y el corazón a millón latía. Pero, qué bien se siente ver a los nuestros. Cada uno de los miembros del Team Rubio representan a todos los puertorriqueños que vivimos en y fuera de la Isla. Este grupete deja de ser ellos para ser nosotros. ¿Y quién no se siente patriota?

Una vez más los boricuas nos unimos en familia para disfrutar de cada uno de los juegos. Celebramos y lloramos juntos. Los nuestros se preparan para enfrentarse ante nuestros hermanos de la República Dominicana, y no tengo duda de que defenderán ese juego a capa y espada. Les cuento que ya comencé a orarle a nuestro amado Padre Celestial para que guíe a los nuestros y también le he pedido a San Roberto Clemente que interceda por ellos y les acompañe en el juego de mañana.

Team Rubio, son nuestro orgullo, gracias por una vez más poner el nombre de Puerto Rico en alto.