En el diccionario de la Real Academia Española hay registrados miles de verbos.  De esos, una persona promedio conocerá solamente una pequeña porción.  Así pues, hay muchísimas palabras que describen una infinidad de acciones que hacemos comúnmente, pero que desconocemos su nombre.  Veamos algunos ejemplos. 

¿Has escuchado a una persona que repite muchas veces el nombre de Jesús?  Pues existe un verbo para describir esa acción: ‘jesusear’.  Lo usaríamos en una oración como “Ella es muy piadosa y jesusea todo el día”. 

Hay un verbo que seguramente no habías escuchado antes: ‘beborrotear’.  Se refiere a la acción de beber a menudo y en poca cantidad.  Por ejemplo: “Mis amigos y yo nos reunimos para beborrotear todos los fines de semana”.  

La acción de arrojar a alguien por la ventana también tiene su verbo: ‘defenestrar’.  Lo podrías utilizar en una situación como esta: “Si sigues molestando, voy a tener que defenestrarte”. 

Añade a tu vocabulario el verbo ‘dentellar’, que significa mordiscar, clavar los dientes.  “El niño dentelló a su amiguito durante el recreo, y ahora tiene una suspensión”. 

Cuando estás molesto en contra de una persona, de seguro querrás ‘cachifollarlo’.  Ese verbo, ‘cachifollar’, se refiere a dejar a alguien deslucido y humillado.  “Anoche, mi exsuegra me cachifolló con insultos frente a todo el mundo”. 

Hay un verbo para todo, incluso para aquellas acciones poco comunes, pero que muy bien pudiesen ocurrir.  Por ejemplo, si alguna vez te da por gemir con hipo (todo es posible en la vida), debes saber que hay un verbo que lo describe: ‘himpar’.  Lo puedes utilizar en una oración como esta: “Se fracturó un dedo e himpó toda la noche”.

¿Alguna vez has ahuyentado un gato mediante el uso de la palabra ‘zape’?  “¡Zape, gato! ¡Vete de aquí!”. Si lo has hecho, entonces has ‘zapeado’.  El verbo ‘zapear’ es otro de los muchos que puedes añadir a tu vocabulario.

Y hablando de gatos, ellos también tienen sus propios verbos.  Los perros ladran, los caballos relinchan y los gatos maúllan.  Lo que tal vez no sepas es que ese sonido que emiten los gatos también tiene un sinónimo: ‘miar’.  “Si no le das de comer a Michu, miará toda la noche”. 

Los locutores de radio también tienen su verbo: ‘locutar’, que se refiere a la acción de hablar por el micrófono de una estación durante un programa de radio. Muy bien pudieras decir: “Todas las mañanas escucho las noticias en la banda AM y me encanta lo bien que locutan los presentadores”.

Y ahora, lo mejor para los que llegaron hasta el final del artículo.  Sabemos que el verbo que describe la acción de expeler aire por la boca se llama ‘eructar’ (y no ‘erutar’ o ‘eruptar’ como a veces se escucha erróneamente). ¿Pero cuál es el verbo que describe la acción de expeler el aire, digamos, por una ruta diferente… hacia el sur?  El verbo es ‘peer’, y se conjuga igual que ‘leer’.  Así pues, si yo ‘leo’, yo ‘peo’; y si tu ‘lees’, tu ‘pees’; y si estoy ‘leyendo’ ahora mismo, esto ‘peyendo’ ahora mismo también.  Estoy seguro de que esa nunca te la enseñaron.

Ya lo ves, toda acción tiene una palabra que lo describe.  Esos son los verbos, y hay una gran variedad de ellos disponibles para expresarnos con precisión.  Es un buen ejercicio ampliar nuestro vocabulario con nuevas palabras que enriquezcan nuestra expresión.  Te invito a que busques y aprendas un nuevo verbo cada día, para así siempre hablar y escribir… en buen español.