Boberías del idioma
Puede ser muy divertido jugar con las palabras y buscarle las cinco patas al gato.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 6 años.
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¿Sabes qué? No hay que tomarse las cosas tan en serio en la vida. De vez en cuando, es bueno reírse de uno mismo y de lo que nos rodea, y decir tonterías.
Con el idioma, por ejemplo, estoy de acuerdo que debemos cuidarlo y usarlo con corrección, pero siempre hay espacio para echarnos hacia atrás, mirarlo desde la distancia y encontrarle el lado cómico, e incluso absurdo, a nuestro vocabulario y a nuestras expresiones cotidianas.
En otras palabras, puede ser muy divertido jugar con las palabras y buscarle las cinco patas al gato.
A veces, cuando voy a un restaurante con mi esposa, me preguntan en la entrada: “¿Para dos?”. A lo que suelo contestar: “No, gracias… ‘senta dos’ sería mejor. Es más cómodo”. El 90% de las veces, me miran como si fuera un loco (tal vez lo soy un poco).
Hay ocasiones en que se me acercan personas y me dicen que yo soy un ‘experto’ en mi tema. Los miro muy serio a los ojos y les contesto: “No, yo no soy un experto… soy un ‘perto’. Seré un experto cuando me vaya de este mundo”. Este chistecito mongo lo uso en casi todas las palabras que comienzan con ‘ex’. Por ejemplo, no me gusta decirle a alguien que lo ‘extraño’, porque parecería que ya no me hace falta. Prefiero decirle “Te ‘traño’ mucho”. Por esa misma línea, siempre me he preguntado por qué le decimos a otra persona que los ‘echamos de menos’. Suena a que te hace falta solo un poquito; yo prefiero decirle “Te eché de más”…
Es ridículo, lo sé… pero me divierte.
Yo me cuestiono todo lo que escucho. Puede ser, en mi caso, un poco obsesivo. Me gusta tomar algunas expresiones cotidianas y analizarlas a profundidad. Cuando haces eso, de momento descubres algunas palabras o frases que no parecen tener ninguna lógica.
Las otras noches estaba viendo una película por Netflix con mi hermano. A mitad de la película él me dice: “Vengo ahora, voy al baño a hacer pipí”. Se levanta, comienza a caminar hacia el baño y yo le increpo: “Hermano, ¡detente!”. Él se vira y me mira. Continúo: “Ven, siéntate a mi lado, hablemos un momento. Tengo algo que decirte, que tú debes saber… Quédate conmigo viendo la película y haz el pipí aquí. Luego, cuando esté echo, vas al baño y lo dejas salir”. Y es que, si lo piensas bien, cuando uno va al baño ya el pipí está echo; lo que realmente haces allí es dejarlo salir.
Por supuesto, estoy bromeando. No me cojan tan en serio. Hay muchas frases que decimos que no se deben tomar tan literal. Como cuando nos dicen ‘buenos días’ o ‘buenas tardes’ o ‘buenas noches’. ¿Por qué en español utilizamos el plural si solo estamos deseándole a la persona que esa mañana o esa tarde o esa noche sea buena? En inglés, por ejemplo, no decimos ‘good mornings’ o ‘good afternoons’ o ‘good nights’. Lo decimos en singular. En español no parece tener sentido, pero esa es la forma en que lo decimos y se acabó.
Así mismo, a veces me quedo pensando en el porqué de ciertas palabras. A nuestro mundo le llamamos ‘planeta’. A mí no me gusta ese término, porque suena a que no evolucionamos con los descubrimientos de hace más de 500 años. Ya sabemos que el mundo no es plano, sino redondo. ¿No debiera ser, entonces, ‘redondeta’? La ‘redondeta’ Tierra.
Este debe ser el artículo más bobo que jamás haya escrito. No me arrepiento. No hay que tomar todo tan en serio. Hasta nuestro idioma puede tolerar un poco de sentido del humor. Es una buena medicina contra el estrés.
¿Te has cuestionado algo sobre nuestro idioma? No importa cuán absurdo sea… ¡compártelo!
Exdecano y profesor de la Escuela de Comunicación Ferré Rangel de la Universidad del Sagrado Corazón y fundador del movimiento En Buen Español. Experto en comunicación y amante del lenguaje. Conferenciante internacional sobre temas relacionados con el poder de la palabra. Autor del libro 'Habla y redacta en buen español' (2011) y 'En buen español: El libro de las curiosidades de nuestro idioma" (2020). Apasionado de la historia, la educación, la fotografía y el mar. Esposo de Mirté y padre de Sebastián, Alejandro, Mauricio y Mariana (y del perrito Muni Cipio).
En buen español
Tu idioma guarda miles de historias y secretos. En la columna descubrirás las fascinantes curiosidades que esconden nuestras palabras y expresiones.