Al momento de escribir la columna de hoy, me encuentro sentado en la mesa de la cocina, disfrutando de un suculento café con tostadas. Más o menos cada día, a la misma hora, me sumerjo en este necesario ritual al que todos llamamos… desayuno.

Como es usual y obsesivo en mí, pienso en el término que tengo frente a mí y me pregunto: ¿de dónde viene? En este caso, ¿por qué la primera comida del día se llama desayuno? Luego de formulada la pregunta, comienza la búsqueda de las respuestas.

Mi primera sospecha es que la palabra ‘desayuno’ tiene algo que ver con el acto de ‘no ayunar’. Des-ayuno. ¿Será cierto?

En efecto, existe una tradición cristiana de no comer (ayunar) como un método de purificación del alma. Así vemos en la Biblia cómo Jesús ayunó durante 40 días, y de ahí surge que la cuaresma dura, también, 40 días. Pero de igual forma existen los ayunos en otras culturas y religiones, tradiciones que ayudan a fortalecer el espíritu y complacer a sus dioses.

Así pues, la palabra ‘desayunar’ hace referencia a que rompemos, en la mañana, con el ayuno de toda la noche anterior. Nos levantamos con el estómago vacío, listos para restaurarlo con la que se considera la comida más importante del día.

Si había duda de que ese es el sentido que tiene la palabra, fíjate que en inglés es la misma cosa. ¿Cómo le dicen ellos? ‘Breakfast’. Si lo piensas, el término es una combinación de ‘break’ y ‘fast’, es decir, romper el ayuno (‘fasting’, en inglés, significa ‘ayunar’).

Es interesante cómo, en el idioma francés, la palabra ‘desayuno’ (‘déjeuner’) se utiliza para referirse a la comida del mediodía, lo que nosotros, en Puerto Rico, llamamos almuerzo. Para ellos, el desayuno es el ‘petit-déjeuner’, que literalmente significa ‘pequeño desayuno’. Es decir, que la primera comida del día para los franceses no es un acto de ayuno completo, sino parcial o diminuto, y no es hasta que almuerzan al mediodía que, en realidad, el ayuno se deshace en su totalidad.

Aunque el mediodía, en Puerto Rico, es la hora del ‘almuerzo’, en otros lugares del mundo el término correcto es la hora de la ‘comida’. En España, por ejemplo, si te invitan a comer debes entender que vas a almorzar. Esta comida, o almuerzo en nuestro caso, ocurre en un horario mucho más tarde que el de nosotros (a partir de la 2:30 p. m.), y de noche se cena también a altas horas de la noche (a partir de las 9:00 p. m.). Las veces que he viajado a España, me ha tomado tiempo poder acostumbrar mi sistema a estos horarios.

Ahora bien, esto no quiere decir que no exista la palabra ‘almuerzo’ en España. La diferencia está en su significado. Para ellos, el almuerzo se refiere a una comida ligera, por ejemplo, alguna fruta o algún alimento liviano que puedes ingerir entre el desayuno y la comida. Si haces eso mismo a media tarde, entre la comida y la cena, le llamarán a esto ‘merienda’, igual que nosotros.

Así que en España tienes el siguiente orden de consumo de alimentos: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena. En Puerto Rico, y en Latinoamérica, el orden sería desayuno, merienda, almuerzo, merienda y cena.

Es importante para nosotros, los hispanoparlantes, entender estos matices del lenguaje cuando viajemos a otros países, de manera a no confundirnos. Algo sí es constante, sin embargo, en todos estos lugares y que va más allá de las diferencias en el lenguaje: el placer de un buen café matutino y algo en el estómago para acabar con el ayuno de la noche anterior y ser productivos en el nuevo día...