¿Te has fijado cuántas frases existen que decimos a diario y que están relacionadas con alguna parte de nuestro cuerpo? Son docenas y docenas.

Yo te diría que existe por lo menos una expresión para cada extremidad, órgano, músculo y orificio. ¿No me crees?

Comencemos de arriba hacia abajo, con la excepción de algunos lugares pudorosos que dejaré a tu imaginación...

Si una persona te vende sueños y lo que recibes son migajas, probablemente “te tomaron el PELO”. Para evitarlo, es importante siempre tener “dos DEDOS de FRENTE” y dejarte llevar por el sentido común.

A veces, el problema es que tenemos a alguien metido “entre CEJA y CEJA”, lo que complica la cosa. Empezamos a hacer “CEREBRITO” con esa persona y estamos dispuestos a estudiar y “quemarnos las PESTAÑAS” para poderle comprar lo que sea, aún si nos cuesta un “OJO de la CARA”.

(Por cierto, ¿sabes el origen de esta expresión? Viene del conquistador de Chile, el explorador Diego de Almagro, quien en el siglo XVI fue herido en el ojo por la flecha de un indígena. Luego, en una entrevista con el rey de España, Carlos I, el conquistador tuerto le dijo: “El negocio de defender los intereses de la Corona me ha costado un ojo de la cara”).

Volvemos. Puede que esa persona “te esté echando el OJO” para casarse contigo. Es posible que, al principio, todo sea hermoso y ustedes sean “como UÑA y CARNE”. Pero ten mucho cuidado, no vaya a ser que el amor se acabe y entonces “te eche un mal de OJO” o alguna maldición que te traiga mala suerte. Hay que “tener la CABEZA bien puesta en su sitio”.

Estas cosas ocurren cuando se hartan de ti y te reclaman que la tienes “hasta las NARICES” con tus boberías. Prepárate porque ya vendrán los chismosos a comentar sobre tu desdicha y a “meter su NARIZ en lo que no les importa”. Lo último que quieres es que tus desgracias estén “en BOCA de todos”; ya sabes que los “LENGÜILARGOS” andan sueltos por todas partes y no suelen “tener PELOS en la LENGUA” a la hora de hablar mal de ti. Muchos de ellos están con “la OREJA pará'”, en busca del bochinche; otros, “están como la OREJA: detrás del CACHETE”. Ante ese tipo de personas, lo mejor es reírse, aunque sea “con las MUELAS de atrás”.

“Coge OREJA” y aprende de los que dan buenos consejos. Así lo hacía tu mamá cuando, en tu infancia, te “cogía por el CUELLO” si hacías algo prohibido. Hoy día, puede que tengas “el agua hasta el CUELLO”, ya que el dinero lo desperdiciaste y ya no te da para pagar tus deudas.

De ser así, lo mejor es “sacar PECHO” y enfrentar tus realidades. Lo que no debes es “dar tu BRAZO a torcer”. Si necesitas ayuda, sin duda alguien “te dará una MANO” para socorrerte. Ten cuidado de que esa persona que te quiere hacer daño no sea tu vecino, que “habla hasta por los CODOS” y se cree “el OMBLIGO del mundo”.

Lo importante es no equivocarte de nuevo y terminar, como siempre, “metiendo la PATA” y “pela’o, como RODILLA de cabro”. Hay que tener “los PIES bien puestos en la tierra”, ser realista y “no darle la ESPALDA” a la vida. Sé optimista y baila hasta los anuncios, aún si tienes “dos PIES izquierdos”.

Al final, “tienes un CORAZÓN de oro” y, por eso, todo te irá bien.

Ya ves: es posible contar una historia con referencias continuas a diversas partes del cuerpo.

Todavía hay muchas más. ¿Cuáles otras se te ocurren?